La Batalla de Puebla (en Tres Escenas)

Escena 1:

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Una mañana, sin que nadie se lo espere, trasciende la súbita, inesperada aparición del abogado Guillermo Nares Rodríguez como candidato a síndico municipal en la planilla de Tony Gali Fayad.

Ni los más cercanos al polémico director de la Facultad de Derecho de la BUAP pueden adivinar o predecir la magistral jugada.

Se trata de un enemigo histórico de Enrique Agüera, el candidato de la alianza Mover a Puebla a la presidencia municipal de Puebla.

Un verdadero conocedor de las catacumbas de la BUAP y de los secretos del actual grupo de poder dominante en la máxima casa de estudios.

Más cercano al gansterismo político que al academicismo que suele presumir en las sobremesas.

Un tipo de cuidado.

Un eterno aspirante a rector, capaz no de desestabilizar a una institución fuerte y estable como la BUAP, pero sí de hacer el suficiente ruido para mantener distraídos y muy entretenidos a los operadores universitarios agüeristas en plena campaña electoral.

En el caso de Nares, la persona es el mensaje.

Esto es: un auténtico mensaje siciliano, que podrá leer quien sabe leer y decodificar quien sabe decodificar.

***

Escena 2:

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Tras la explosión tuitera, Enrique Doger cita a una rueda de prensa que al final cancela para decepción de quienes esperaban más sangre, es decir, que ratificara –y ampliara- las serias, graves acusaciones domingueras contra el delegado del CEN del PRI, Fernando Moreno Peña.

El diputado federal –que ha señalado imposiciones y amenazas por parte del colimense- argumenta que no hablará para no entorpecer, de algún modo, la visita de este martes a Puebla del jefe máximo del PRI, el presidente Enrique Peña Nieto. Que lo hará después pero que no retira una sola de sus palabras en 140 caracteres.

Así que el respetable debe conformarse con muy poco.

O no, si se observa con detenimiento:

Y es que al lugar donde se efectuaría la rueda de prensa, Doger no llega solo. A su lado, “para tomar café”, un personaje verdaderamente importante: Israel Pacheco Velázquez.

En el caso del dirigente sindical del ayuntamiento de Puebla, el mensaje va implícito: tal vez Doger no se vaya del PRI ni se declare –como muchos suponen- diputado “independiente”.

Basta y sobra con presentarse con Pacheco para dejar en claro tres cosas: 1) cuál es la verdadera fuerza del dogerismo, 2) de qué tamaño será el daño que puede causar a su partido y 3) de qué lado jugará la poderosa maquinaria de movilización electoral que históricamente ha sido el sindicato municipal.

Una organización que al paso de los años, y de las elecciones, ha ayudado a ganar a varios presidentes municipales, pero que también ha contribuido a la derrota de varios candidatos –el más reciente, Mario Montero Serrano-.

En su infinita soberbia, el delegado Moreno Peña puede seguir pensando que Doger no representa gran cosa y que del berrinche no pasa.

No estaría de más que le echara una leída a la Historia Breve y Verdadera de Los Últimos Años de Puebla.

Un libro que nadie ha escrito pero que todo mundo, en la clase política de Puebla se sabe de memoria.

***

Escena 3:

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El PRI se fractura, hace agua y en el trasatlántico no hay capitán capaz de tapar las fisuras que ya anuncian el naufragio incluso antes de zarpar.

Se ha consumado la transfiguración de José Juan Espinosa, que –con perdón de Kafka- en la noche se durmió enemigo del morenovallismo y a la mañana siguiente despertó vestido de aliado.

Contra todo pronóstico o augurio, va como candidato a presidente municipal de San Pedro Cholula por la alianza Puebla Unida, con todo –absolutamente todo- el apoyo del sistema.

De forma paralela, Sara Chilaca y Carlos Ignacio Mier –ligado al dogerismo por la vía de su padre, Ignacio Mier Velasco- abandonan las filas del PRI para sumarse también a la megacoalición morenovallista.

Piezas del gran ajedrez que se juega al más alto nivel, serán candidatos a diputados por los distritos de San Pedro Cholula y Tecamachalco, respectivamente.

Pero los desprendimientos, las escisiones, las rupturas en el tricolor no son cosa del azar: forman parte de una estrategia global que inició hace meses y que básicamente busca romper al PRI desde el mismo PRI, una medida probada en su eficacia, en el terreno, en la elección local de 2010.

Lo más grave para el PRI es que este tipo de sucesos se han dado a lo largo y ancho del estado, en una escena repetida hasta el cansancio: el PRI impone candidatos, los resentidos se van con su capital y sus votos, y Puebla Unida nada más los va cachando en sus redes.

La pesca ha sido rica. Los pescadores gozan de cabal salud. De hecho, todo empieza a salir según lo previsto. Casi milimétricamente.

***

Y mientras tanto, mientras todo esto ocurre y las escenas de La Batalla de Puebla se suceden unas a otras, tras bambalinas, alguien sonríe a sus anchas desde el teatro del poder en que se ha convertido Casa Puebla.

El mismo lugar donde siguen saliendo –una y otra y otra vez- señales de que hay un solo, único objetivo: ganar.

Ganar.

Ganar.

Y volver a ganar.

gar_pro@hotmail.com

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