LASTIRI & MUÑIZ, NEGOCIOS DESDE EL PODER

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Se llama Arturo Muñiz Domínguez y fue impuesto como director de Administración en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) por Juan Carlos Lastiri Quirós cuando este fungió como titular de la misma en el sexenio de Mario Marín Torres, a fin de tener el control absoluto del millonario presupuesto, la amplia plantilla laboral y todos los recursos materiales asignados.

Al terminar la administración marinista –de la que no pueden desligarse por más que quieren-, ambos personajes emigraron al Comité Directivo Estatal del PRI, donde, ya como presidente, Juan Carlos Lastiri no dudó en nombrarlo secretario de Finanzas, concretando una dupla que siguió funcionando alrededor del ambicioso objetivo que los identifica y unifica: manejar a placer los dineros donde quiera que van.

Así, regido por el coloquial dicho que señala que “quien la mesa sirve, de la mesa se sirve”, Lastiri y Muñiz lograron amasar un millonario capital que incluso les permitió crear una empresa de extracción de materiales pétreos de minas situadas en la Sierra Norte de Puebla y cuyo producto era vendido principalmente a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) cuando esta construyó el tramo de la emblemática súper autopista México-Tuxpan.

Hoy en día, Arturo Muñiz sigue siendo para Juan Carlos Lastiri lo que en el crimen organizado suelen llamar “El Contador”.

Y es que a nombre del hoy subsecretario de la SEDATU, Arturo Muñiz mantiene una actividad frenética tratando de incautar constructores, presentándose como “mensajero” de Lastiri y ofreciendo asignar millonarios paquetes para la edificación de las casas de diseño popular que la Secretaría de Desarrollo Urbano, Territorial y Urbano entrega principalmente a madres jefas de familia.

Lo hace en Puebla principalmente, aunque otros estados tampoco están exentos de sus visitas; obvio, todo es una vieja forma de defraudar a los ambiciosos constructores.

Ambos son parte de los hombres del PRI que pretenden ganar en Puebla de la mano de la candidata Blanca Alcalá.

Las dudas brotan como palomitas en horno de microondas:

¿Acaso Muñiz puede actuar sin que Lastiri esté enterado?

O lo que es peor, ¿será Muñiz azuzado por Lastiri para actuar en su nombre?

¿Dónde comienzan y dónde terminan los tentáculos de las complicidades y de los jugosos negocios a la sombra del poder?

Y más: ¿la corrupción –burda, descarada- de prominentes priístas será tema de campaña?

Como diría el clásico: al tiempo.

gar_pro@hotmail.com

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