Y EL TUFO MARINISTA LLEGA A MORENA DE LA MANO DE ALEJANDRO ARMENTA

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Ahora sí las reminiscencias del tufo marinista han llegado a sentarse al lado del mesías de las izquierdas y “esperanza” de México, Andrés Manuel López Obrador. Con el arribo ya formalmente a MORENA -aunque lo cocinó desde el año pasado- del ex integrante del primer grupo del impresentable ex gobernador Mario Marín Torres y hoy diputado federal que presentó su renuncia al PRI, Alejandro Armenta Mier, se confirma que en el Movimiento Regeneración Nacional se recibe a cualquiera. Y cualquiera es cualquiera.

Antes de que se consumara su expulsión del Partido Revolucionario Institucional, Armenta renunció este lunes a su militancia de 32 años.

Se va a su estilo, dramático y protagonista.

Azota la puerta y señala con dedo flamígero a los “corruptos”, a los “traidores” de su propio partido.

Deplora a esa “mafia del poder”, de la que él formo parte como capo.

Solamente tardó tres décadas en darse cuenta que así son.

Se va con cálculo y con guión para cada escena.

El domingo en la capital poblana, en su anuncio, se erigió como héroe, el de una película en la que se comparó con el mismísimo Luis Donaldo Colosio Murrieta.

Hasta resolvió el caso de su asesinato en Lomas Taurinas, Tijuana, del 23 de marzo de 1994.

“Hagamos un frente común contra los males de esta élite corrupta y coludida; unámonos sin importar colores, preferencias o linajes.

Puebla nos necesita unidos.

“Estoy convencido que a Colosio lo mató el PRI corrupto al exhibir el hambre y la sed de justicia.

“Durante todos estos años creí en el PRI que estaba a favor de las causas populares, del PRI que defiende los derechos sociales y ahora veo al partido secuestrado por esa cúpula comparsa de (Rafael) Moreno Valle (…)

“Tengo fe en Dios, el amor de mi familia y la protección del Pueblo. Y con eso ni sus amenazas, robos o traiciones nos podrán detener. Antes patria que partido”.

(Aplausos)

¿Desmemoria?

¿Cinismo?

¿Las dos cosas?

Este lunes, el show de Armenta tuvo su reedición ante medios que se editan y transmiten desde la Ciudad de México.

Repitió su cantaleta en el Palacio Legislativo de San Lázaro.

El hombre que fue presidente estatal del PRI, bajo el cobijo y órdenes de Marín –al que le debe lo que es-, hoy es un paladín de la honradez y un capitán de la democracia.

Claro, en su gestión como pretensioso presidente del Comité Directivo Estatal (CDE), sólo puede apuntarse una victoria y luego una larga cadena de fracasos.

Los más graves en la historia de más de 80 años de priato en Puebla.

Ganó carro completo como dirigente priísta en las elecciones de diputados federales de 2009.

Sí, pero echando por delante todo el dinero, las sucias prácticas y la operación de un PRI que era un precioso gobierno con su ex patrón Mario Marín.

Hay que reconocer que la exclusión que sufrió Armenta de su hoy ex partido viene de muy atrás y ha sido contundentemente ofensiva.

Quiso ser coordinador de los legisladores poblanos priístas en San Lázaro en esta LXIII Legislatura y le dieron el cargo a Víctor Giorgana.

Su malestar fue mayúsculo y los argumentos de su “gran trayectoria” no le importaron al coordinador general de la bancada de 206 diputados, César Camacho Quiroz.

En realidad el mexiquense nunca lo quiso.

La verdad es que hasta le caía mal y le purgaba su insistencia y tozudez.

Por esas actitudes es que no se creó la comisión que le habían prometido presidiría.

Ahí le fallaron y Armenta no lo tomó con madurez.

Vino el revire.

Planeó con compás y regla milimétrica su adhesión al Acuerdo de Unidad Nacional de López Obrador, el pasado 9 de abril.

Camacho Quiroz enfureció. Literalmente.

Y fue tajante: “él decidió su futuro… Vamos a solicitar su expulsión y sanseacabó”, dijo el mexiquense con rabia.

La salida de Armenta ha venido acompañada del repudio y abandono de quienes fueron sus compañeros.

Aquellos que se decían sus amigos.

Algunos compadres.

La instrucción desde San Lázaro es que se le niegue casi casi hasta el saludo.

Desde los primeros diez días de abril lo borraron del sitio web oficial de la Cámara baja y desde antes de la página del PRI.

La advertencia es que quien apoye a Armenta Mier lo acompañará en su destino.

Él ahora camina y sueña con ir como abanderado en algún cargo, con mayor posibilidad al Senado de la República en 2018 con MORENA, al que llega como si se tratase de un político impoluto, una víctima del régimen priísta al cual sirvió –y del cual se sirvió- hasta que dejaron de satisfacer sus caprichos de poder.

Aunque algunos de sus “amigos” priístas –como Juan Carlos Lastiri- lo ninguneen y digan que su salida no le hará ningún daño al tricolor, sin duda Armenta le abrirá un boquete al tricolor, pues con él se llevará gente y operadores de tierra.

Igual de su distrito, el 7 con cabecera en Tepeaca, que de otras regiones del estado.

Pero a la postre, la posible desbandada de cuadros medianos y de operación de ras de suelo, terminará favoreciendo al PAN.

Tal será el legado del “Colosio de Acatzingo”

El joven favorito de Mario Marín.

El que fue su secretario de Desarrollo Social.

Director del DIF estatal.

Y dirigente del PRI.

El que, oportunista y camaleónico, se va ahora con López Obrador.

Y para perfumar a MORENA con esa perversa fragancia del peor pasado de Puebla.

El del tristemente célebre “góber precioso”.

gar_pro@hotmail.com

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