¿Consentimiento u obligación? No sé, pero ¡no me quiten el celular!

Lesly Mellado May

El 16 de abril se publicó en el Diario Oficial de la Federación la obligación de entregar datos biométricos para poder acceder al uso del teléfono celular en México.

El INAI advirtió días antes, cuando se aprobó esta medida en el Poder Legislativo, del riesgo que implica incluir datos biométricos en el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil. Este 27 de abril anunció que irá por una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Mientras la Comisión Nacional de Derechos Humanos no se ha pronunciado sobre el tema. En tanto, seis ciudadanos consiguieron amparo, un juez federal lo emitió considerando que supone una afectación a los derechos. Más allá del berrinche presidencial, el asunto llama a la reflexión.

La nueva disposición establece que para poder usar una línea de telefonía móvil, los mexicanos deben registrarse en “el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil, el cual es una base de datos con información de las personas físicas o morales titulares de cada línea telefónica móvil que cuenten con número del Plan Técnico Fundamental de Numeración y cuyo único fin es el de colaborar con las autoridades competentes en materia de seguridad y justicia en asuntos relacionados con la comisión de delitos en los términos de las disposiciones jurídicas aplicables”.

La justificación es la seguridad, pero si el gobierno no puede siquiera frenar el ingreso y uso indiscriminado de celulares al interior de los centros de readaptación social, como pretende poner en marcha sistemas sofisticados de combate al crimen desde las redes telefónicas. De ahí surge la duda sobre para qué quieren en realidad los datos biométricos y si tienen la capacidad de mantenerlos a salvo, pues todavía está en la memoria la venta de la Lista Nominal de Electores a través de Mercado Libre.

El Banco Interamericano de Desarrollo en el documento “Gestión ética de los datos” asevera: “En varios de los marcos éticos existentes se destaca la importancia de plantear claramente los beneficios que generará el proyecto. Esto es importante porque una de las condiciones para que un proyecto sea ​​ético es que los beneficios superen los costos”.

Atendiendo a esta directriz, en el caso del Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil no se mira por ningún lado que la entrega de datos biométricos garantice quedar a salvo de actos delictivos, es decir, el hipotético beneficio no supera el costo.

El organismo internacional también considera que la entrega de datos biométricos debe ser por consentimiento y no por obligación, pero en el caso mexicano se trata de una orden. El dictamen aprobado por los legisladores dice: “El registro del número de una línea telefónica móvil en el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil será obligatorio para el usuario, quien deberá proporcionar identificación oficial, comprobante de domicilio y datos biométricos, para la activación del servicio de la línea telefónica móvil”.

Hoy en día el teléfono celular es indispensable para las actividades laborales, escolares y domésticas, así que la disposición es obligatoria.

En la publicación del Diario Oficial de la Federación se especifica que habrá disposiciones administrativas de parte del Instituto Federal de Telecomunicaciones para la operación del padrón por lo que aún no hay claridad sobre el tipo de datos biométricos que pedirán.

Aquí una lista de algunos tipos de datos biométricos:

Entre los datos biométricos que refieren a características físicas y fisiológicas se encuentran la huella digital, el rostro (reconocimiento facial), la retina, el iris, la geometría de la mano o de los dedos, la estructura de las venas de la mano, la forma de las orejas, la piel o textura de la superficie dérmica, el ADN, la composición química del olor corporal y el patrón vascular, pulsación cardíaca, entre otros.

Por otro lado, entre los datos biométricos que refieren a las características del comportamiento y los rasgos de la personalidad se encuentran la firma autógrafa, la escritura, la voz, la forma de oprimir un teclado y la forma de caminar, entre otros.

El INAI detalla cómo se obtienen los datos:

Huella dactilar. Es la más antigua y existen dos técnicas: Basada en minucias y en correlación. Esta última requiere un registro más preciso pues se analiza el patrón global seguido por la huella dactilar.

Reconocimiento facial. El análisis se realiza a través de mediciones como la distancia entre los ojos, la longitud de la nariz o el ángulo de la mandíbula.

Reconocimiento de iris. Una cámara infrarroja escanea el iris y proporciona sus detalles. Los patrones del iris vienen marcados desde el nacimiento y rara vez cambian, son muy complejos y contienen una gran cantidad de información, más de 200 propiedades únicas.

Geometría de la mano. A través de una cámara se captura imágenes en 3-D, se extraen características que incluyen las curvas de los dedos, su grosor y longitud, la altura y la anchura del dorso de la mano, las distancias entre las articulaciones y la estructura ósea.

Reconocimiento de retina. Se basa en la utilización del patrón de los vasos sanguíneos contenidos en la misma. Cada patrón es único incluso entre los gemelos idénticos y tiene una tasa de falsos positivos prácticamente nula.

Reconocimiento vascular. Se extrae el patrón biométrico a partir de la geometría del árbol de venas del dedo. Es interno y no deja rastro por lo que el robo de identidad es muy difícil.

Reconocimiento de firma. Analiza la firma autógrafa o manuscrita para confirmar la identidad del firmante. Existen dos variantes: Comparación simple, que considera el grado de parecido entre dos firmas, y verificación dinámica, que hace un análisis de la forma, velocidad, presión de la pluma y la duración del proceso de firma.

Reconocimiento de escritura. Se vale de un software de reconocimiento de caracteres, atendiendo a que cada persona tiene una forma de escribir diferente, teniendo rasgos propios e inconfundibles para cada letra. De igual forma, cada persona tiene un grado de inclinación y nivel de presión al escribir.

Reconocimiento de voz. Se usan sistemas de inteligencia artificial con algoritmos que deben medir y estimar la similitud entre las muestras para devolver un resultado o una lista de posibles candidatos.

Reconocimiento de escritura de teclado. Se basa en el hecho de la existencia de un patrón de escritura en el teclado permanente y propio de cada individuo, por lo que un software mide la fuerza de tecleo, la duración de la pulsación y el periodo que pasa entre que se presiona una tecla y otra.

Reconocimiento de la forma de andar. Se graba la forma de caminar de una persona y se somete a un proceso analítico que genera una plantilla biométrica única. Se encuentra aún en desarrollo y no tiene los mismos niveles de rendimiento que otras tecnologías biométricas.

En la mañanera del 21 de abril, el gobierno federal trató de minimizar la oposición al padrón asegurando que “con la huella dactilar puede bastar” para mantener el servicio telefónico móvil, pero ya veremos. También a modo de consuelo recordaron que diversas instituciones públicas y privadas ya tienen datos biométricos, tratando de normalizar el abuso con que los han obtenido.

También arguyeron que en más de 100 países ya se piden los datos biométricos para acceder al servicio telefónico móvil, sin embargo, esto no es así.

La GSMA (organización internacional de operadores móviles y compañías relacionadas) registra que son solo 13 los países solicitan datos biométricos a los usuarios: Bangladés, Bután, China, Pakistán, Perú, Venezuela, Arabia Saudita, Tailandia, Emiratos Árabes Unidos, Nigeria, Tanzania, Uganda y Zambia.

Con el gobierno lopezobradorista, México podría sumarse a esta lista.

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