Puebla: ricos produciendo pobres

Lesly Mellado May

Eloxochitlán, Zoquitlán, Hueytlalpan y Olintla parecen arrastrar un mal sino.

Por enésima ocasión estos municipios presentan el mayor rezago social en el estado de Puebla, de acuerdo a la última medición realizada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Si de algún avance podemos hablar es que Eloxochitlán ha salido de la lista de los más pobres del país. Por primera vez en los últimos años ningún municipio poblano fue incluido en la lista de los 10 con mayor rezago a nivel nacional.

Cabe señalar que el Índice de Rezago Social (IRS) no mide el ingreso, pero toma en consideración indicadores de rezago educativo, acceso a los servicios de salud, calidad y espacios en la vivienda, servicios básicos en la vivienda y activos en el hogar.

Los resultados presentados esta semana por el Coneval catalogan a ocho municipios de Puebla con IRS muy alto; alto, 25; medio, 66; bajo, 105; muy bajo, 13.

Las demarcaciones con mayor rezago social se ubican en dos conglomerados. En el límite de Puebla con Veracruz y Oaxaca: Vicente Guerrero, Eloxochitlán, Tlacotepec de Porfirio Díaz, Coyomeapan y Zoquitlán. En el corazón de la sierra norte: Olintla, Hueytlalpan y Tepetzintla.

En tanto, hay 13 municipios con ISR bajo, es decir, donde las carencias son mínimas: Puebla, San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, Cuautlancingo, Juan C. Bonilla, Coronango, San Miguel Xoxtla, Huejotzingo, San Martín Texmelucan, San Gregorio Atzompa, La Magdalena Tlatlauquitepec, Juan Galindo y Teziutlán.

Los municipios con mayor rezago están históricamente así. A donde llega mi memoria (desde el gobierno de Manuel Bartlett), Eloxochitlán, Zoquitlán, Hueytlalpan y Olintla son casos emblemáticos de la pobreza en Puebla y ningún gobernador ha puesto en marcha políticas públicas que logren mejorar las condiciones de vida en estas demarcaciones con población mayoritariamente indígena.

Han desfilado en la gubernatura Manuel Bartlett, Melquiades Morales, Mario Marín, Rafael Moreno Valle y Antonio Gali, y nada lograron resolver. Buena herencia le dejaron al actual gobernador Miguel Barbosa, quien apenas iba tomando el cargo comenzó la pandemia, y además se ha declarado de manos atadas porque la deuda de la era morenovallista limita la inversión contra la pobreza.

Puebla como estado sigue entre los más pobres del país y la capital poblana se ha enlistado entre los municipios con el mayor número de habitantes en pobreza.

Concediendo que las políticas públicas rinden frutos a largo plazo, tenemos claro que el hoy director de la CFE, Manuel Bartlett, no resultó efectivo sacando a Puebla del rezago social, situación que llama a duda porque sí pudo educar a su hijo León para convertirlo en millonario. Él incumplió con el dicho popular, y sí fue candil de su casa y oscuridad de la calle.

Para este 2021 también tendríamos que estar viendo los frutos del gobierno de Melquiades Morales, quien asignó la tarea de mitigar la pobreza a su secretario de Finanzas y Desarrollo Social, Rafael Moreno Valle, entonces presentado como un experto en finanzas. En lugar de programas contra la pobreza, su gestión quedó marcada por un millonario “hoyo financiero”.

Llegó Mario Marín a la gubernatura, quien a diferencia de Bartlett y Moreno Valle, no nació en una familia de la élite política mexicana. El oriundo de Nativitas Cuautempan vivió el rezago social, lo superó y llegó a las grandes ligas. Pero el camino personal que siguió para llegar a Casa Puebla no influyó en su política social, creó Unidos para Progresar como un aparato electoral y se olvidó de mitigar la pobreza. Por cierto, uno de sus secretarios de Desarrollo Social fue el hoy senador por Morena, Alejandro Armenta.

En el gobierno de Rafael Moreno Valle, uno de los titulares de Desarrollo Social fue Luis Banck, más cercano a las teorías económicas que a la realidad del estado de Puebla. Moreno Valle arrancó su campaña a la gubernatura en Eloxochitlán hace 11 años, publicitando que lo hacía en el municipio más pobre porque pondría en marcha un gran programa de desarrollo económico que permearía a todo el estado. Ya conocemos el desenlace.

Cada vez que algún organismo publica estudios donde Puebla va a la cabeza en pobreza, oímos al gobernador en turno decir que es un problema que dejaron las administraciones anteriores, así nada más, como si esos funcionarios no tuvieran nombres y apellidos; los tienen y este fue un breve recuento de políticos que cobraron pero no resolvieron, que fueron exitosos en sus finanzas personales pero no en políticas públicas.

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