Arturo Luna Silva
Desde hace varios días, en informados círculos de poder, empezó a circular la versión de que Luis Alberto Arriaga habría entrado a un interesante proceso de negociación con sus jefes en el PRI para bajarse de la carrera por la candidatura a la alcaldía de Puebla.
¿El fin?
Dejarle el camino libre al favorito de Casa Puebla y puntero en las encuestas: Mario Montero Serrano.
Y no de a gratis, por supuesto.
A cambio de levantarle la mano al secretario de Gobernación, el actual diputado local aceptaría ir por San Andrés Cholula.
La especie, obviamente, debe tomarse con las reservas del caso, no obstante que altos dirigentes priístas se la confirmaron ayer a este reportero.
Hay que decir que la posibilidad de dicho canje –natural, por lo demás, en asuntos propios de la política- ha encontrado eco debido a dos factores:
El primero, la notable (pero inexplicable) ausencia de Arriaga en la reunión que esta misma semana sostuvieron los aspirantes del PRI a la presidencia municipal de Puebla con los árbitros del proceso, reunión en la que curiosamente la mayoría de los presentes se le lanzó a la yugular a Montero.
Y el segundo, porque en los últimos días el ex conductor de Televisa ha modificado su discurso de manera radical.
Sí, primero se le vio muy echado para adelante e incluso haciendo fuertes señalamientos acerca de los “dados cargados” y la “inequidad” en el proceso interno, pero luego comenzó a titubear con declaraciones como la que ayer le dio a “El Sol de Puebla”, afirmando que ahora lo va a pensar mejor y que seguir o no en la pelea “depende de muchos factores, encuestas, posicionamientos, hablando (sic) con actores políticos, hablando lo que a la gente y a Luis Alberto Arriaga le conviene más”.
O sea: sí pero no, no pero sí, poniendo de esta manera en duda, de hecho, hasta su asistencia a la nueva reunión que habrá entre los jerarcas del PRI, el próximo 28 de septiembre, y todos, todos los que quieren suceder a Blanca Alcalá.
Fuentes bien informadas señalan por su parte que en las últimas semanas hubo por lo menos una reunión privada entre Arriaga y Mario Montero.
Fue después de estos encuentros que al legislador ya no se le vio tan decidido, tanto que empezó a analizar “para qué le alcanza” su capital político.
Parece ser que para buscar la presidencia municipal de San Andrés Cholula, una tarea que no se antoja tan fácil como algunos creen, debido a que el PAN ha gobernado allí desde hace varios trienios y a la larga lista de priístas de la zona que aspiran por la candidatura y que se sentirán sin duda con más derechos que el periodista: son 10, más los que se acumularon desde que usted empezó a leer esta columna.
Sólo el tiempo dirá si la versión sobre el canje de Arriaga fue real o una vacilada.
Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese, Luis Alberto es un activo importante para el PRI.
La popularidad que ganó por tantos años en la pantalla chica se refleja en los últimos sondeos.
No está mal posicionado.
Quizá resulte hasta una buena idea mandarlo a pelear por San Andrés para que sea él quien termine de una vez por todas con la hegemonía panista.
¿Qué es mejor que un candidato fuerte en la zona conurbada?
Pues dos: uno por Puebla capital y otro por Cholula.
Como diría un ciego: vamos a ver.
gar_pro@hotmail.com