El cheque… de la discordia

Arturo Luna Silva

Nada más para el registro periodístico, hete aquí el cheque que, como le conté ayer, causó un severo reclamo de la candidata del PAN a diputada federal por el distrito 11, Myriam Arabian, a la Iglesia católica, luego que el padre Óscar de Loma Bella fue descubierto apoyando directamente la campaña del abanderado del PRI-Verde, Juan Carlos Natale.

El documento, que el grillo y abusivo sacerdote pasó a Natale para que éste lo entregara y quedara bien con los integrantes del Comité de Reconstrucción de la Iglesia del lugar, podría formar parte de una denuncia penal ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) de la PGR, misma que pondría en serios predicamentos a varios importantes funcionarios del gobierno marinista.

Que luego no salgan con que no se los dije:


cheque-sedeso

Para ampliar la imagen, haga click sobre el documento

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Aunque con retraso, publico hoy un interesantísimo correo firmado por don Alejandro Chacón Morales, catedrático de la BUAP, inteligente y agudo analista de la sucesión 2010 (gracias a todos los que escriben a Garganta Profunda, tengan por favor paciencia):

“Señor Arturo Luna Silva:

“Antes de empezar con la exposición de otras de mis vagas reflexiones, me permito enviarle a usted una muy sentida disculpa por enviarle una carta que, al parecer, fue considerada un “larín” por algunos columnistas.

Quiero decirle que no conozco mucho los entresijos de la prensa, y hoy sé por la orientación de algunos de mis amigos que en muchas ocasiones los periodistas guardan un celo profesional hacia su trabajo y hacia sus propios datos: la exclusividad es importante para el reportero.

Sin embargo, el texto que envié a varios columnistas (creo yo los más destacados en Puebla, y entre los que se encuentran usted, Mario Alberto Mejía, Rodolfo Ruiz, Jorge Rodríguez, Carlos Gómez y Arturo Rueda) tenía la intención de generar nuevos escenarios para el análisis político.

La información que poseo es realmente verídica, y nada ganaría con promover la especie de que lo descrito en mi carta anterior son fantasías. El propósito central de darla a conocer en varios medios de comunicación fue el de propiciar el estudio minucioso de un nuevo contexto, incluso de motivar ese análisis minucioso al que ustedes están acostumbrados; empero, me di cuenta que cometí el error de enviarlo a muchos de sus compañeros, lo que le restó (creo yo) algo de credibilidad.

Y ello lo supe cuando este miércoles leí su columna y vi con tristeza que la promesa hecha un día anterior en el mismo espacio no se cumplió; es decir, la publicación textual de mi carta. Ahora entiendo los motivos.

Sé que usted es un periodista reconocido y que se ha caracterizado por mantener una trayectoria íntegra y limpia. Es usted -sin el afán de convertir mis palabras en una lisonja- uno de los jóvenes más talentosos y ejemplares para el periodismo poblano.

Aclarado este punto, me gustaría compartir con usted (y sólo con usted) otras de mis reflexiones sobre el proceso de sucesión gubernamental.

Ahora que he tenido tiempo de sentarme, leer y analizar desde la comodidad de mi escritorio algunos de los comentarios vertidos la prensa, me he dado cuenta que el comportamiento del señor gobernador en la búsqueda de su sucesor es uno de los más atípicos registrados en la historia del Sistema Político Mexicano.

Coincido con usted cuando refiere que “Mario Marín Torres parece precisamente dedicado a consolidar un proyecto transexenal a través del encumbramiento de su hijo político”. Y quién no quisiera hacerlo después de disfrutar las mieles (a veces las hieles) del poder político.

Sin embargo, y como le mencioné párrafos arriba, las acciones del mandatario han sido poco recurrentes en la historia del Partido Revolucionario Institucional.

Es cierto que los gobernantes y sus partidos aplican con regularidad reglas no escritas en el poder. Es válido que quienes lo ostentan tengan favoritos, personas con las que poseen mayor empatía; así lo hizo Miguel de La Madrid, también Carlos Salinas de Gortari, e incluso el “ilustre” Vicente Fox. En Puebla también hay ejemplos de ello; Don Manuel Bartlett tenía su preferido y Don Melquiades Morales Flores daba cuenta constantemente de la existencia de un “delfín”.

“No obstante, cada uno de ellos se caracterizó -y lo digo enfáticamente- por darle juego a todos los aspirantes. A todos les decían que sí, pero simplemente se convertía en un fiel observador de la contienda interna. Al final cuando había que tomar la decisión de decisiones, debía analizar las circunstancias, las encuestas y el sentir de la sociedad para “destapar” al verdadero candidato.

El caso de Mario Marín Torres mantiene algunas similitudes con los mencionados anteriormente, sólo que él mismo se ha convertido en el promotor de su preferido, en el coordinador de campaña de su hijo político, despreciando al resto de los aspirantes.

Sólo tienen que leerse entrelíneas los mensajes enviados a través de quienes -considero yo- son los testaferros del poder y las acciones que realiza para favorecer a su elegido.

La muestra está en que la estructura del partido y del gobierno se ha aprovechado para posicionar y levantar (que según los informes que yo tengo es una tarea difícil) al secretario de Desarrollo Social, Javier López Zavala.

“Y utiliza a la estructura del PRI, por ejemplo, para golpetear a los enemigos políticos de su “delfín”; mueve a la CTM y a la CNC para apoyarlo; lanza indirectas muy directas sobre el perfil de su próximo sucesor y obliga a la “cargada” a rendirle cuentas a su protegido.

Es, como puede notarse, un verdadero jefe de campaña. Una actitud que, insisto, jamás se había visto en la historia del PRI, aunque pudiese compararse con otros casos y situaciones similares.

“Por eso comparto con usted la idea de que “el sistema priísta podría colapsarse en tanto no logre disolverse la percepción de continuismo del marinismo”.

La experiencia que me ha dado la academia me permite vislumbrar que se trata de un acto irresponsable, porque con ello se está destinando al partido a caer en las elecciones del 2010: Las circunstancias deben ser, como para Miguel de la Madrid o Don Melquiades Morales, determinantes para elegir al candidato.

El gobernador debe tener un favorito sí y sólo sí le permite a quienes buscan la silla contender en igualdad de condiciones, pero también entender que si no levanta a pesar de todos los esfuerzos debe dar paso a otros personajes con mayores posibilidades, a pesar de que -como ha hecho públicamente- ha mostrado desdén por ellos.

Llámese Enrique Agüera, Blanca Alcalá o Enrique Doger, el mandatario debe reflexionar sobre la verdadera posibilidad de que sean los posibles abanderados. Debe también tomarse un respiro para analizar el entorno, medir circunstancias, realizar un estudio prospectivo y calmar sus ansias.

Si López Zavala alcanza la cima de las encuestas bienvenido, pero si no tendrá que mirar hacia otros lados y considerar otras opciones, que supongo yo tiene definidas desde hace tiempo, de lo contrario propiciará el desgaste del partido y de su propio candidato, quien simplemente ya no ve lo duro sino lo tupido.

Le agradezco que se haya tomado unos minutos de su tiempo para leer estas líneas y quedo de usted para nuevos comentarios”.

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También abro espacio para otro correo, éste de Violeta, sobre el reciente choque epistolar entre Guillermo Deloya y Juan José Espinosa.

Gracias por los enriquecedores comentarios:

“Hola Arturo:

“Como casi todo lo que en política se mueve, hay sucesos en particular que nos enervan; otros, sólo molestan; muchos más, decepcionan; pero el envío de las cartas Deloya-Convergencia (a las que te refieres en tu columna del 8 de junio), francamente me hacen despertar una enorme compasión hacia ambos personaje.

“Independientemente de los motivos políticos o personales que impulsen esta confrontación, es indigno que en la Puebla que se promueve a nivel nacional como la segunda entidad (después del DF, dicen) con el mayor número de universidades, existan funcionarios capaces de evidenciar su nivel de preparación.

“Insisto: no me refiero a las causales de su confrontación, sino simplemente basta con echar un ojo a las faltas de ortografía que evidencian en sus cartas. Es un Secretario Particular de un GOBERNADOR, y un dirigente ESTATAL de un partido. Incluso, en el caso de José Juan, ¡fue diputado!

“Seguramente habrían de estar muy molestos, cuando redactaron sus cartitas, como para perder “el estilo”. Es notable que dirigirse con esas palabras y esas faltas de ortografía en un texto muy simple, los hace ver del tamaño real que son, pero públicamente se notan tan pequeños para la exigencia de sus cargos.

“Puede ser una minucia, pero a veces lo básico resulta ser lo más importante.

“Violeta.

“P.D: La diferencia entre mis faltas de sintaxis y ortografía y las de ellos, es que yo no estudié.
Felicidades por tus columnas. Es un placer leerte.

gar_pro@hotmail.com

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