MARTHA ÉRIKA ALONSO, LA ÚNICA CON SU PROPIO DESTINO EN SUS MANOS

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A diferencia de otros candidatos que dependen de la fuerza y el efecto que les salpiquen sus abanderados a la Presidencia de la República, como en el caso del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), o de aquellos que mantienen esperanzas en lo que puedan sumarles los líderes regionales en la lucha a ras de suelo, como en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), la panista Martha Érika Alonso Hidalgo, quien compite con las siglas de Por Puebla al Frente y con el cobijo de cinco partidos, tres nacionales (PAN-PRD-MC) y dos locales (CCP y PSI), es quien más control tiene de su propio futuro en la contienda por la gubernatura.

Muy previsiblemente ella llegará a su arranque de campaña -el 29 de abril- con el desgaste por los ataques de sus adversarios ya solventado, las aristas en su entorno limadas y sus escasos negativos bien identificados.

La esposa del ex gobernador Rafael Moreno Valle tiene a su favor además un sistema electoral partidista que le suma incluso en el caso de voto diferenciado en otros cargos y consigo lleva la ventaja de que ha sido, por lo menos públicamente, menospreciada por sus adversarios.

La piel de oveja con la que la ven le viene muy bien para comenzar la batalla formal.

Martha Érika, aunque pocos lo tienen en el radar, está lejos de ser un dulce y una política sin experiencia.

Fue fundamental para la transición en Puebla en 2010, cuando realizó directamente lo que los operadores llaman “la campaña sin candidato” y fue un factor de suma y multiplicación para la alianza que entonces se llamó Compromiso por Puebla.

Ni qué decir de su papel como secretaria general del PAN en la elección de 2016.

Es y ha sido también el rostro amable y bien conocido en todo el estado, sobre todo en tiempos amargos.

Ella es una mujer que ofrece soluciones antes que pretextos y que, aunque no se quiera ver del todo por sus detractores, cuenta con tablas en la administración pública y la operación política.

Puntera como va en las preferencias electorales hacia el 1 de julio, a Martha Érika no la veremos enredarse en los debates estériles y mediáticos, llenos de descalificaciones personales.

Su estrategia, sin duda, se concentrará en volver a recorrer el estado y reafirmar lealtades, pero casi en solitario, pues muy poco o nada la veremos acompañada de otros abanderados a cargos locales o federales.

Será ella, su meta y su campaña.

A esos positivos se suma la compleja operación con cinco partidos que la postularon y que, incluso en la competencia directa entre ellos, le abonarán invariablemente votos.

En eso ella no tiene pierde.

Aunque extrapolado, no es del todo erróneo el supuesto de algunos de que ella, de entrada, va cinco a uno sobre sus contrincantes, por la posibilidad de los sufragios que ofrecen esos partidos.

Tal vez la más notable de las debilidades de la campaña de Alonso Hidalgo lo representen algunos de los integrantes de su equipo de campaña, por su inexperiencia y proclividad a la improvisación, que ya le ha causado algunos dolores de cabeza.

Los resbalones de algunos con más protagonismo que cabeza o las pifias de los que, con más iniciativa que capacidad, han metido a Martha Érika en problemas, como el caso aquel del spot extemporáneo del partido Compromiso por Puebla.

O el expediente abierto de aquella encuesta pésimamente mal publicada en la que se contabilizó la intención de voto de candidatos a la gubernatura que ni siquiera estaban activados.

Y la más reciente, de su “coordinador” Franco Rodríguez, de lanzar la invitación al “independiente” Enrique Cárdenas a sumarse a su causa, sin medir el terreno, sin tenerlo “amarrado”, y resultar rechazado.

Afortunadamente para la candidata de Al Frente por Puebla, todos los yerros han quedado en el margen de control de daños.

Esa es la gran ventaja que tiene Alonso.

Ella va dueña de sus pasos, sin depender de factores externos.

Es la diferencia que tiene respecto del morenista Luis Miguel Barbosa, quien es cabús de Andrés Manuel López Obrador, o del priísta Enrique Doger Guerrero, quien necesita del voto emergente, de abajo hacia arriba, para su causa.

Falta mucho de aquí al 1 de julio y los riesgos de una derrota sin duda existen, y más en una elección concurrente como a la que asistimos con variables totalmente inéditas y nuevos e inesperados actores, pero Martha Érika Alonso tiene en sus manos el horizonte propio.

gar_pro@hotmail.com

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