LA NUEVA Y CRUENTA GUERRA POR EL CONTROL DEL TRIÁNGULO ROJO DE PUEBLA

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El operativo de la Marina la madrugada de este martes en la junta auxiliar de Palmarito Tochapan, en el municipio de Quecholac, es una esquirla colateral de la reavivada guerra por el control del Triángulo Rojo, que combaten la banda del capo huachicolero local Antonio Martínez Fuentes, alias El Toñín, contra el extremadamente violento Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Aparentemente, los marinos iban tras él, pero logró huir. Sin embargo, le dio tiempo de dejar instrucciones a un grupo de pobladores para que bloqueara la carretera Puebla-Orizaba, para así generar la idea de que la expulsión de los militares es una “demanda social”.

Palmarito es nuevamente el epicentro de esta refriega, que también ha enrarecido desde sus cimientos al tejido social de la región entera, como denunció recientemente en un oficio dirigido a las autoridades federales el alcalde del municipio vecino de Palmar de Bravo, Pablo Miguel Vélez Severiano.

Con un verdadero clamor, el primer edil envío un documento al Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, para solicitar la presencia de la Policía Federal.

En éste, en poder del columnista, describe que se vive una abrumadora actividad delictiva de las bandas, que han extendido sus actividades de solamente el robo de hidrocarburo de los ductos de Pemex que pasan por los campos de cultivo, a otros delitos de alto impacto como secuestro, extorsión, asalto al autotransporte y narcotráfico.

La denuncia del presidente municipal de Palmar de Bravo es contundente, pues asegura que las cosas han empeorado alarmantemente con la llegada del CJNG, lo que “ha provocado enfrentamientos armados y ejecuciones entre los grupos que se disputan el control de la zona”.

Y ahí está la esencia y el perverso móvil de esta cruenta guerra: la disputa entre el grupo que comanda el El Toñín contra el Cártel que dio muestras de su asentamiento en Puebla, por primera vez, en noviembre de 2017.

“Con la presencia de los grupos que ya operaban en la zona y la llegada de los nuevos grupos delictivos, la vida y la integridad personal de los habitantes de mi municipio, el de las juntas auxiliares que lo integran y de las personas que utilizan las carreteras de cuota y las federales corren un riesgo permanente”, describe el edil.

De acuerdo con la denuncia que llegó a Sales Heredia, las bandas se han convertido en un suprapoder y se manejan como si ese territorio les perteneciera. Un Estado delincuencial, dentro de la entidad.

“No obstante que se han realizado los reportes y denuncias, los cuerpos de seguridad pública estatal y municipal se ven superados por los grupos de esas organizaciones delictivas que hacen rondines en mi municipio y sus juntas auxiliares en grupos de 5 o 8 camionetas con aproximadamente 10 personas cada una portando armas de fuego de grueso calibre”, detalla el texto.

En su llamado de auxilio para que se dé el respaldo de las Fuerzas Federales, el alcalde de Palmar señala que este clima de desazón no solamente afecta a su municipio, sino al Triángula Rojo de Puebla por entero, a Tepeaca, Acatzingo, Acajete, Tecamachalco y Quecholac.

Es este último, la junta auxiliar de Palmarito Tochapan se convirtió nuevamente en el frente de batalla de esta guerra que se ha alimentado también de omisiones de las autoridades y de la complicidad de algunos habitantes que, de acuerdo con denuncias que surgen desde esos poblados, presuntamente prestan apoyo a los transgresores.

Ahí, la zona de mayor control y de seguridad para El Toñín, en mayo pasado se vivió una noche de pesadilla, cuando el 3 de mayo de 2017, elementos del Ejército se enfrentaron a huachicoleros.

El saldo fue de 10 muertos, cuatro militares y seis presuntos delincuentes.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) concluyó que en esa refriega hubo dos ejecuciones sumarias, torturas, manipulación de un cadáver y siembra de armas largas en dos personas muertas, por lo que emitió una recomendación por violaciones graves en contra de las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y Seguridad Pública (SSP) de Puebla.

La madrugada de este martes, aunque sin consecuencias fatales, otra vez fue Palmarito, otra vez fue el huachicol y otros crímenes y otra vez se llegó al enrarecimiento máximo de la vida ahí y de toda la región.

En esa comunidad, la Secretaría de Educación Pública (SEP) suspendió las clases en los 12 planteles. Más de 3 mil estudiantes no tuvieron clases.

Tras el operativo de las 04:00 horas de este martes, con el que la Marina buscaba, de acuerdo con la versión más sólida, a El Toñín, vino una muy bien orquestada y sincronizada protesta de algunos habitantes de la junta auxiliar, quienes cerraron la carretera Puebla-Orizaba por casi siete horas.

Supuestamente había “indignación” por la versión propagada por el alcalde electo de Quecholac, quien vive en esa junta, Alejandro Martínez Fuentes, de que los marinos habían ingresado a la población disparando a civiles.

En el Congreso local ya varias voces sugirieron que debe ser investigado.

En tanto, el secretario General de Gobierno, Diódoro Carrasco Altamirano, identificó como huachicoleros a los azuzadores de la toma de la carretera, por la supuesta “inconformidad” por la presencia de las Fuerzas Federales.

“Son grupos que están ligado a bandas de huachicol en esta decisión de tomar la carretera”, dijo.

En su guerra, las evidencias nos muestran que El Toñin está fúrico con el CJNG, porque se está metiendo en su territorio.

De ahí que todo lo que está ocurriendo y por ello se explica que, aparentemente, el capo local convocó a algunos pobladores para servir a sus fines, con la toma de la vía a Orizaba, para tender una cortina de humo que le permita mayor clandestinidad y además presionar para que las Fuerzas Federales dejen el territorio.

La nueva guerra, lamentablemente, podría escalar.

Es en estas reflexiones que tiene tanta vigencia y razón la petición del alcalde de Palmar de Bravo.

Urge el apoyo de las Fuerzas Federales para ahogar este tan grave problema.

Trabajo coordinado con los efectivos del estado.

Es indispensable, más allá de la cruenta disputa por el poder que se vive en Puebla y que tiene a varios actores ocupados más de lo urgente que de lo importante.

gar_pro@hotmail.com

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