Marín y Zavala: dos hombres, un camino

Arturo Luna Silva

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Si ya con el “carro completo” del pasado 5 de julio se veía con cierta claridad el probable desenlace del proceso interno del PRI para elegir a su candidato a la gubernatura, todo luce definido, o casi, con el contundente e irrefutable fallo de ayer de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que declaró inconstitucional la parte sustancial de la reforma electoral aprobada por el Congreso local y ordenó adelantar los próximos comicios estatales (Ejecutivo, presidentes municipales y diputados) de noviembre a julio de 2010.

Y es que como ya se preveía, uno de los grandes beneficiarios -quizá el de mayor ganancia- de la histórica decisión por unanimidad de los ministros, resulta ser Javier López Zavala, el “delfín” de Mario Marín, erigido hoy más que nunca como “Gran Elector” en su partido.

No cabe duda que los hados de la suerte están del lado de López Zavala y del inteligentísimo gobernador poblano, metido, como se sabe, en un ambicioso proyecto transexenal que, entre otras cosas, pasa por prolongar más allá de su periodo constitucional de seis años su ya de por sí enorme poder, pasando la estafeta a su favorito, que no es otro que el secretario de Desarrollo Social; en la práctica, su “hijo” político, su creación, su creatura y su hechura, todo a la vez.

Seamos claros: con la decisión de la SCJN gana López Zavala y con éste, obviamente, Mario Marín, quien tal pareciera que entre sus maquiavélicos planes estaba contemplado, incluso, precisamente el adelanto de la elección de un nuevo gobernador para julio de 2010.

Y es que el factor tiempo es aquí, ahora sí, determinante, sobre todo tras la demostración de fuerza, control y capacidad de movilización del priísmo durante el proceso electoral 2009, del cual el marinismo obtuvo, como se sabe y se ha repetido hasta el cansancio, un contundente marcador de 16-0.

Porque ¿quién en el PRI puede alcanzar hoy, faltando tan pocos meses para la elección de 2010, a quien no sólo va tan adelantado en la carrera a Casa Puebla, sino que tiene el presupuesto, el apoyo gubernamental, el aparato de poder, la “cargada” y toda, toda la estructura partidista a su lado, así como el voto del “Gran Elector”, el único voto que en términos reales importa para los priístas?

Es más: incluso si hubiese al interior del PRI focos de rebelión o disidencia, motivados por inconformidades ante la cantada nominación de López Zavala como el candidato a suceder a Marín, ¿quién en sus cinco sentidos lanzaría el reto de un cara a cara en las urnas, o elección interna, si de antemano se sabe que la estructura priísta tiene sólo un dueño y que ésta sería activada y utilizada sin clemencia para aplastar y humillar a aquel priísta que, solo o acompañado, se atreviese a pensar que puede lograr lo que ni el PAN completo pudo hacer en 2007 y 2009: vencer al marinismo electoralmente?

¿Quién?

Hoy, en el panorama priísta, y a menos que suceda algo verdaderamente grave en los próximos meses -un escándalo, digamos, de similar calibre al de Lydia Cacho-, sólo parece haber un camino, y ése es el de López Zavala, el mismo que si bien no termina de convencer a todo el marinismo (ahí está todavía el último frente de resistencia encabezado por Mario Montero), ya tiene de su lado a los principales referentes del mismo, con quienes está dispuesto a repartir el pastel y conciliar sus intereses con los suyos propios, que a final de cuentas son los mismos de Mario Marín.

De cara a julio de 2010, y con el reloj del poder revolucionado a partir de ayer, no se ve cómo al resto de los aspirantes priístas les alcance la gente, los recursos, los operadores y el equipo para ganar a López Zavala una elección interna, o consulta a la base.

En su tiempo y circunstancia, Melquiades Morales fue a un proceso abierto y voto por voto le ganó la candidatura al favorito del gobernador Manuel Bartlett, el elegido de la nomenclatura: José Luis Flores; hoy, en contraste, no se ve quién pueda repetir tal hazaña, de ahí que en el horizonte sólo se atisben dos hombres, Marín y López Zavala, y un camino: Casa Puebla.

Sí, con los fantasmas del continuismo y de la imposición, pero ése único camino.

¿Agüera, Alcalá, Jesús Morales, Jorge Estefan, Doger…?

¿Quién, quién podrá parar al “Proyecto Z”, que en los hechos es el “Proyecto M” de Mario Marín?

Ayer, tras el fallo de la Suprema Corte, había fiesta en el cuartel zavalista.

Y es que con la elección constitucional para el primer domingo de julio del año próximo, el candidato del PRI tendrá que estar listo a mediados-finales de diciembre de 2009 o a más tardar, ya apretados, la primera semana de enero de 2010, y eso favorece total, enorme y brutalmente al multicitado López Zavala.

Ahora la única duda parece ser la forma en que éste será ungido: como candidato de unidad, al estilo Mario Marín, o surgido de una consulta a la base priísta, como Melquiades Morales.

El “Gran Elector” y el propio Zavala trabajan sin duda para lo primero, pero para cualquiera de los dos escenarios, la maquinaria del marinismo está aceitada.

***

Por cierto: hace unos días llegó a manos de Mario Marín un documento largamente añorado.

Fuentes confiables cuentan que se trata del más reciente estudio del CISO de la BUAP sobre preferencias electorales rumbo al 2010.

La gran noticia para el marinismo es que López Zavala aparecería por fin en el primer lugar de conocimiento, confianza e intención del voto.

La encuesta, que pronto trascenderá en algunos medios de comunicación, si no es que en todos, fue estatal, con énfasis según me dicen en Puebla capital, y será sin duda el instrumento que utilice el “Gran Elector” para empezar a legitimar su decisión y, sobre todo, terminar de disipar de una vez por todas con aquella máxima de que aquí, en la tierra del camote, “gobernador no pone gobernador”.

El plan va cumpliéndose etapa por etapa.

Y el proyecto transexenal avanza.

***

Otro que no se duerme en sus laureles es Rafael Moreno Valle.

Y es que cuentan que durante la comilona del próximo sábado con motivo de su cumpleaños 41, el senador hará el anuncio oficial de que ya, por fin, es militante activo del PAN, trámite que le llevó por lo menos dos años y que recién pudo concluir, para su fortuna antes de que su amigo, el alicaído Germán Martínez, presentara su renuncia como presidente del Comité Ejecutivo Nacional.

Esa es una de las sorpresas que el aspirante a Casa Puebla tendrá para sus miles de invitados presentes, entre quienes, por cierto, no estará Elba Esther Gordillo.

Y es que el evento está destinado para, precisamente, las bases panistas, y se vería como una pésima señal la presencia de la todopoderosa lideresa moral y eterna del SNTE, sobre todo en momentos en que su alianza política con el presidente Felipe Calderón está siendo severamente cuestionada en todo México por panistas que consideran que este ha sido un factor más que ha llevado al PAN a la debacle electoral en el país.

La Gordillo, que es y seguirá siendo amiga del ex priísta, sí recibió invitación, pero de que no viene, no viene.

Quizá los panistas poblanos de cepa ni siquiera se han dado cuenta, pero Moreno Valle ya se les metió, y hasta la cocina.

¿Lo sacarán antes de julio de 2010?

Y es que Moreno Valle luce como otro de los grandes beneficiados del fallo de la Corte.

Y también por el factor tiempo.

Sí, falta de tiempo de sus adversarios para alcanzarlo, por lo menos en las encuestas.

gar_pro@hotmail.com

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