LIBERTAD AGUIRRE, LA FRANCOTIRADORA DE MANZANILLA EN EL AYUNTAMIENTO

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En medio del escándalo de la presunta extorsión que mancha a un grupo de regidores del Ayuntamiento de Puebla capital y la remoción de Libertad Aguirre Junco de la Comisión de Hacienda, bien vale la pena recodar que la ex priísta no es, como muchos suponen, del grupo del senador morenista Alejandro Armenta Mier, sino que juega, desde que rindió protesta en octubre de 2018, en las filas del ex secretario de Gobernación, Fernando Manzanillo Prieto, a quien sirve -aseguran- como francotiradora en ese Cabildo.

El escenario en el que algunas voces pretendieron victimizar a la también ex aliancista -de Nueva Alianza- Aguirre, tiene dos momentos coyunturales, en la semana pasada.

Primero, la revelación que hizo la presidenta municipal, Claudia Rivera Vivanco, de que “un grupo de regidores” pretendió extorsionarla con tres millones de pesos, a cambio de apoyar su proyecto para reorientar 500 millones de pesos del presupuesto, para acciones y programas para paliar la pandemia.

Se busca, con ello, apuntalar la reactivación económica en la capital poblana y, asegura la alcaldesa y su equipo, tiene un profundo sentido social.

El caso fue denunciado el 11 de agosto.

Rivera los acusó, pero sin dar nombres, de ser unos “arribistas”.

Vino entonces el intercambio de descalificaciones.

Unos exigieron que dijera nombres y apellidos de los presuntos extorsionadores, otros guardaron silencio.

Días después, el viernes 14 de agosto, Libertad fue destituida de la Comisión de Patrimonio y Hacienda del Ayuntamiento de Puebla.

En medio de este escándalo de corrupción.

La votación para su defenestración fue contundente en el Cabildo: 12 votos a favor, 10 en contra y una abstención.

En su lugar quedó Ángel Rivera Ortega, coordinador de regidores y personaje afín a Rivera Vivanco.

Hoy sigue la controversia y en la refriega que, hasta ahora no se ve con pronto desenlace, hay quien quiso colgarle a Armenta el “milagrito” de Aguirre.

Nada más equivocado.

Ella, nos dicen testigos añejos de los hechos, dio la espalda al senador apenas rindió protesta en octubre de 2018.

Eso, a pesar del respaldo que él le había brindado.

La otrora militante distinguida del PRI se puso, desde hace dos años, al servicio de Fernando Manzanilla.

Se convirtió también en enemiga de Armenta y su equipo.

Bloqueó cualquier posibilidad de incorporación de su equipo al gobierno municipal.

Incluso no oculta su cercanía, admiración y lealtad a Manzanilla.

Una somera revisión a sus redes sociales evidencia que se desvive en aplausos para su jefe, el ex secretario de Gobernación expulsado del gobierno estatal.

El lugar común reza que “nadie sabe para quién trabaja”.

En el caso de Libertad Aguirre Junco es al revés: todos sabemos para quién opera.

gar_pro@hotmail.com

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