MORENA Y SU CAOS… HACIA LA PRIÍZACIÓN

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Con la inscripción de 105 aspirantes a la dirigencia de Morena, 51 a la presidencia y 54 a la secretaría general del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), los morenistas buscan generan un caos de proporciones tales, que obliguen al “acuerdo” de los grupos, para sacar un “candidato de unidad” o único, para su órgano de dirección.

Más allá de la advertencia de la perredización (parecerse al PRD y su división), el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) está más bien camino a la priízación (análogo a la antidemocracia del PRI), con su esquema de simulación y arreglos en lo oscuro, por encima de la decisión de la mayoría.

En la lista de quienes se inscribieron ante el Instituto Nacional Electoral (INE) para ser considerados en la encuesta que se levantará del 26 de septiembre al 2 de octubre, hay célebres desconocidos, pero también verdaderas personalidades de la izquierda histórica.

Apareció incluso el nombre de Pablo Salazar Vicentello, desde Puebla, aunque en realidad es jalisciense.

Es un personaje menor, aunque de muy triste referencia.

Él se vio involucrado, en 2019, en la presunta conjura para “atentar” contra el hoy gobernador Miguel Barbosa, con una “inyección de miel”, para provocarle una mala reacción diabética.

Se trata de un morenista identificado como “operador” de la presidenta municipal de Puebla capital.

Incluso a Salazar Vicentello se le ve como la “carta” de Claudia Rivera Vivanco, en este juego, luego de que la presidenta del Consejo Nacional de Morena y líder del grupo de la izquierda de cepa, Bertha Luján, decidió no participar.

Por supuesto, el jalisciense-poblano, como la mayoría de los apuntados, algunos en las oficinas centrales y otros en las Junta Locales Ejecutivas del INE, lo que buscan es reventar el proceso.

La ruta, nos aseguran, es sencilla:

La mayoría de los y las 51 aspirantes a la presidencia cumplen con los requisitos.

Tras la revisión de sus documentos, el INE “rasurará” esa lista, pero quedarían entre 30 y 35.

Los y las descartadas impugnarán ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Eso generará un cúmulo de juicios que, aunque se resolverá rápido, terminará por judicializar el proceso todo.

El caos sería inevitable: ¿qué encuestadoras podría levantar un sondeo en el que incluya a 30 o 35 reactivos, tan solo para la presidencia?

Entonces, ¿cuál es la única salida? El acuerdo cupular.

Un candidato único o de unidad o como le quieran llamar.

Una solución antidemocrática, aunque salomónica.

Por lo pronto, la mayoría de los senadores ya se pronunciaron a favor de quien, se supone, tiene la bendición de Palacio Nacional: Mario Delgado Carrillo.

Una cargada.

Como en el viejo PRI de los años 70 y 80.

gar_pro@hotmail.com

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