VALENTÍN MENESES, MARINISTA BIPOLAR Y LA LENGUA DE LA DISCORDIA EN EL PRI

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A Valentín Meneses Rojas hace mucho que en el núcleo del marinismo se le ve con recelo. Entre los más fieles seguidores del hoy prófugo ex gobernador se le considera abiertamente un “traidor” porque, a conveniencia, niega y se desmarca de Mario Marín Torres, lo mismo que, según el viento sople, dice maravillas de su compadre. Es un marinista bipolar.

En el Partido Revolucionario Institucional (PRI) tampoco olvidan que el también notario fue impulsor de las recientes renuncias, con la promesa de que se darían en avalancha.

Luego reculó y dejó en ridículo al puñado de “notables”, no más de siete, que recién dejó al tricolor poblano.

De ahí que vean su súbita intención de buscar la candidatura del PRI a la alcaldía capitalina como una jugada de intenciones dobles y aviesas.

Sobre todo, porque no tiene ninguna oportunidad de aparecer en la boleta.

La historia que se teje en torno al ex secretario de Gobernación de los últimos meses del marinismo no tiene desperdicio.

La reaparición estelar de Meneses Rojas se dio en noviembre de 2018, cuando muchos suponían que la elección a gobernador sería anulada y se daría una extraordinaria.

Lo primero no ocurrió, pero lo segundo sí, por la historia que todos conocemos.

En ese penúltimo mes de hace dos años, El Vale junto con otros impulsó la creación del Grupo Renovación.

La idea fue tener una voz, disidente de las dirigencias local y nacional del PRI, para presionar a la definición de un candidato para la elección de 2019.

Entre otros, participaron Alberto Jiménez Merino, a la postre candidato a la contienda extraordinaria, y algunos “notables”, como Juan Manuel Vega Rayet, Germán Sierra Sánchez y Adela Cerezo Bautista, quienes, ¡ah qué coincidencia!, renunciaron a sus militancias recientemente.

Nos asegura una fuente que la mano de Meneses aparece en dos momentos claves, en las dos ocasiones perjudicando a su partido.

Primero, en aquel Grupo Renovación, convenció a todos de que impulsaran al ganador de las encuestas.

Luego, maniobró a modo para que el gris Jiménez Merino quedara como abanderado con el peor resultado en la historia para el PRI en las urnas.

Nunca fue la intención de Meneses que los demás miembros de ese grupo, entre quienes había al menos cinco perfiles más competitivos que Jiménez Merino, participara, sino sólo buscaba aval a su plan.

Luego, se hizo el coordinador de campaña del insulso candidato.

Hace un par de meses, Valentín -nos aseguran- promovió la renuncia de varios priístas, con el pretexto de su inconformidad con la nueva dirigencia.

Como dicen coloquialmente, los calentó, pero luego los dejó solos.

La que se supone iba a ser una “desbandada histórica” quedó en la pírrica renuncia de siete.

Hoy, el compadre otrora favorito de Marín se ha postulado como aspirante a la alcaldía.

En ninguna encuesta seria siquiera se le toma en cuenta.

No lograría ni la candidatura a representante de su colonia.

Trae juego oculto.

El marinista paria.

La mano de la discordia.

Está de vuelta y el PRI lo sabe (ahora sí).

gar_pro@hotmail.com

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