EL BOA SE CONVIERTE EN TUMOR Y VA POR MAYORÍA EN SAN LÁZARO

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Sin que todavía estén claros los detalles finos y si finalmente se llevará a la realidad, la posible alianza PRI, PAN, PRD avanzó contundentemente este fin de semana con la aprobación en el Consejo Nacional panista de esa opción para la elección intermedia en 130 -tal vez 158- de los 300 distritos electorales federales, como única vía para arrebatarle al lopezobradorismo la mayoría en la Cámara de Diputados.

La pesadilla en las boletas que representaba lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador bautizó como el BOA (Bloque Opositor Amplio) ha caminado a su concreción ahora con el mote del TuMor (Todos Unidos contra Morena).

En Puebla, el TuMor tomaría forma, en esa lógica, en unos 7 u 8 (o más) de las 15 demarcaciones federales, con ganancia siempre para el Partido Acción Nacional (PAN), que es el instituto que más posibilidades tiene en las urnas.

De ese modo, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que, en las pocas mediciones que hay, no tiene claras posibilidades de triunfo en ninguno de los distritos, sería rémora de los “panistas”.

Y es “panistas”, entre comillas, porque a AN en Puebla lo controla el diputado federal del Partido Encuentro Solidarios (PES) y ex secretario de Gobernación, Fernando Manzanilla Prieto, y compañía, a través de la anodina Genoveva Huerta Villegas, el peor y último gran error de Martha Erika Alonso.

Al Partido de la Revolución Democrática (PRD), que en la pasada elección federal estuvo a punto de desaparecer al casi no alcanzar el mínimo 3 por ciento de los sufragios, en cambio, cualquier alianza le viene bien.

Le da oxígeno al cadáver político que ya de sí es el partido del sol azteca.

De acuerdo con las primeras proyecciones, si la alianza -que suena a pornografía electorera y que no tiene ni pies ni cabeza ideológicos- se concreta en 158 distritos, el panismo encabezaría 61 candidaturas, el tricolor 53 y el perredismo 44.

Esa es la cuenta para todo el país, para los 300 distritos.

Cada partido, luego, iría en solitario o sólo con alguno de los participantes en el TuMor, en 142 distritos.

La lógica es aparentemente sencilla: quien tenga más posibilidades en cada demarcación pone candidato.

De ser así, demos por descontado que los cuatro distritos de la capital poblana los abanderaría un panista, con porras del PRI y del PRD.

También en la Sierra Norte.

Tehuacán, ni se diga.

De hecho, el único territorio en el que el priísmo es hoy competitivo, es en la zona de Tepeaca.

Así que los priístas poblanos más vale que se vayan preparando a ser los “colgapendones” y “llevatamales” de los candidatos del PAN.

Qué bonitos se verían, por ejemplo, Enrique Doger, Jiménez Merino o Lorenzo Rivera, vestidos con una camiseta albiazul y gritando: “se ve, se siente, Gali está presente”.

El TuMor también está perfilando alianzas en unas 10 de las 15 gubernaturas en juego.

La última palabra la tendrán los dirigentes nacionales Alejandro Moreno Cárdenas, del PRI, y Marko Cortés Mendoza, del PAN.

El PRD ya vimos que jala en cualquier escenario.

Si se vuelve realidad, buena parte de la culpa será de los mismos dirigentes del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Ellos y ellas han sido incapaces de, en la mesa, cooptar a los líderes del PRI y del PRD, como aparentemente sí hizo el lopezobradorismo con Movimiento Ciudadano, para que no se sumen a esa alianza.

Qué afectará más a la aplanadora lopezobradorista de San Lázaro, la asfixia de una BOA

O la complicación de un TuMor.

gar_pro@hotmail.com

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