GENOVEVA Y EL JUEGO DE LAS SILLAS

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En las últimas semanas la dirigente estatal del PAN en Puebla se ha enfocado en el tradicional juego de las fiestas infantiles: el juego de las sillas.

En la lógica de la presidenta del albiazul, Genoveva Huerta, sólo cabe la idea de “ganar - perdiendo”.

Así de simple como se lee, ese es el juego de Genoveva, donde una y otra vez se ha dedicado a proponer como candidato a la alcaldía de la capital poblana al ex gobernador Tony Gali, al rector Alfonso Esparza, al diputado Oswaldo Jiménez; incluso se propuso ella misma, también al saltimbanqui Marcelo García y en los últimos días al priísta Pepe Chedraui.

La necedad de Genoveva Huerta, el último gran error de Martha Erika, no tiene pies ni cabeza.

Hace unos días dimos a conocer en este mismo espacio las posibilidades reales que tiene Eduardo Rivera Pérez de ganar la presidencia municipal de Puebla el próximo mes de junio, con gran aceptación entre el electorado, incluso con siglas distintas al PAN.

Y es que, contando con un candidato tan competitivo como Eduardo Rivera, no hay necesidad de presionar con el tonto juego de querer la mitad de las sillas del próximo Cabildo para personajes ligados a Genoveva, como lo son Alain Muñoz, Cecilia Espino y Guadalupe Herrera, y hasta atreverse a proponer a Dolores Cervantes como próximo síndico de la ciudad.

La dirigente del PAN haría bien en pensar en ganar la capital y asegurar que el próximo Cabildo gobierne de manera eficaz a nuestra ciudad, que tanta falta le hace.

¿De qué tamaño es la ambición de Genoveva que busca perder la candidatura a cambio de poner a sus cuates?

Parece que es enorme, tanto así que el martes de esta semana acercó a Pepe Chedraui a la sede del CEN del PAN. Obvio Marko Cortés ni los recibió, difícilmente Marko caerá en este juego perverso.

Pepe, sin duda un buen tipo y amigo de sus amigos, ya ofreció a Genoveva Huerta la mitad de los espacios de los regidores y eso es lo único que a ella le interesa, sobre todo porque en ese escenario es obvio que el PAN perdería las elecciones, pero sus propuestas a regidores ganarían las sillas en el Cabildo.

Perder, para ganar. Es el juego que aprendió muy bien la dirigente del PAN.

Por cierto, al día siguiente de su intentona en el CEN, su secretario general, Francisco Fraile, sostuvo un casual encuentro en la mismísima sede del CEN del PRI.

¡Ver para creer!

gar_pro@hotmail.com

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