SEGOB, LA SILLA QUE ATURDE A LOS TONTOS Y ENLOQUECE A LOS MÁS… TONTOS

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La soberbia es un grave padecimiento del poder y en el gobierno del estado ha tenido señalada intensidad en la silla del titular de la Secretaría de Gobernación (antes General de Gobierno), desde tiempos inmemoriales. Ahí, los tontos se aturden y los más que tontos enloquecen.

Hay muchos ejemplos: Marín, Zavala, Meneses, Manzanilla…

Lo mismo le pasó a David Méndez Márquez, quien, con sobrada ingratitud, desaprovechó la oportunidad histórica de convertirse en un gran funcionario.

Servir realmente a Puebla.

No desorbitarse y servirse del poder.

Él y su familia.

En su breve paso por la titularidad de Gobernación -del 14 de enero de 2020 al 23 de febrero de 2021-, el distinguido integrante del Clan Bejarano fue notablemente ineficiente.

Ausente de madurez.

Tibio.

Timorato.

Sobre todo, desde diciembre pasado, su presencia fue inútil.

A todo rehuía.

Nada operaba.

Ya lo habíamos hecho notar en este espacio.

Cuidaba su “imagen” -si alguna- y desprotegía a su jefe.

También desde su arribo, hace más de un año para sustituir a Fernando Manzanilla, otro desleal, David Méndez se puso muy, pero muy soberbio.

Y su equipo, lo mismo o peor.

Su área, con un obeso y costoso aparato burocrático, aviadores incluidos, se manejaba como una isla en Casa Aguayo.

A pesar de todo, ya se le habían perdonado varias.

¿O no se acuerdan de José de Jesús Vázquez García, director General de Delegaciones de la Secretaría de Gobernación (Segob), quien debió renunciar luego de que se dieron a conocer grabaciones en las que extorsionaba a los beneficiarios de programas sociales?

Pues fue, en su momento, su mano derecha.

Y hay más.

Muchos pendientes que él dejo pasar.

Falta todavía, por ejemplo, aclarar todas las denuncias graves de paisanos y de colaboradores contra la titular del Instituto Poblano de Asistencia al Migrante (IPAM), María Ixelt Romero Morales.

Muchas advertencias tuvo Méndez Márquez.

En una entrevista con El Sol de Puebla, dijo que renunció porque estuvo en desacuerdo con el nombramiento de Ardelio Vargas como subsecretario.

No.

Mintió.

Su salida ya estaba decretada, semanas antes.

Ardelio precisamente fue designado, por su despido y para la conformación de un nuevo equipo.

David, en su delirio, se veía como el próximo gobernador.

Grillaba a todo el gabinete.

Todos los secretarios y secretarias tienen una historia que contar al respecto.

También, como secretario minimizó y rehuyó a los medios de comunicación.

Hoy anda mendingando espacios en radio, televisión y periódicos.

Pero sólo quiere entrevistas para vomitar hiel.

David bloqueaba al gobernador.

Lo negaba a las personas y a los grupos que estaban dispuestos a sumar.

Lo aislaba.

Bueno, lo intentaba, porque Barbosa le da la vuelta en experiencia.

Por eso ya no está.

A cualquier otro político podría haber hecho tonto.

No al de San Sebastián Zinacatepec, quien se curtió en las grandes ligas.

Quiso ponerse muy audaz.

Pero es apenas un torpe aprendiz.

Uno que ha reprobado en la mayor de las pruebas: la lealtad.

¿Qué tiene la silla de la SEGOB que aturde a los tontos y enloquece a los más… tontos?

gar_pro@hotmail.com

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