LOS POBLANOS Y EL TURISMO DE VACUNACIÓN A ESTADOS UNIDOS

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En Estados Unidos, los proveedores del biológico y las autoridades calculan que para mayo ya estarán inmunizadas contra la COVID-19 unos 300 millones de personas, mientras que al paso que va México, para el mismo mes, la cifra no superará los cinco millones de habitantes con el cuadro completo de dobles dosis. Por eso, cientos de miles de mexicanos y miles de poblanos han optado por el “turismo de vacunación” hacia el vecino del norte.

La capacidad económica hace la diferencia entre esperar meses para recibir una inmunización de aparente “baja calidad”, por las fórmulas que tiene nuestro país, o ir a la Unión Americana y vacunarse ya y con mejores biológicos.

Sin que se conozca por ahora la cifra, y por supuesto será casi imposible saberla alguna vez con precisión, muchos viajan desde hace semanas con ese objetivo.

Dependiendo de la fuente que se consulte, se puede tener un aproximado de los poblanos que han recibido la vacuna allá.

La Fundación Pies Secos calcula que 20 mil poblanos con la ciudadanía estadounidense, principalmente originarios de Acatlán de Osorio, Atlixco, Tulcingo del Valle y Tepeojuma, han regresado a vacunarse al país en que trabajaron durante muchos años.

La misma organización calcula que, hasta mediados de febrero pasado, unos 70 mil migrantes ya había recibido al menos la primera dosis.

La mayoría en los centros de aplicación que coordinan las autoridades de aquel país.

A pesar del esfuerzo de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), en los consulados ha sido muy lenta la vacunación.

De las 50 sedes de México en la Unión Americana, apenas en 12 se ha reportado fluidez y muchos días con la posibilidad de ser vacunados.

La mayoría ha sido de dos a tres días de aplicación, solamente.

La cifra de vacunados en primera dosis en los consulados, al corte del 25 de marzo, apenas era de 8 mil paisanos.

Resulta casi un gesto nacionalista acudir a los consulados mexicanos, cuando en Estados Unidos vacunan hasta en los centros comerciales, sin mayor requisito que presentar una identificación.

Sin restricciones sobre el estatus migratorio.

Muchos de los poblanos que importaron la COVID a Puebla han regresado por la vacuna.

Si tuvieron la solvencia para irse a esquiar a los centros vacacionales estadounidenses, por supuesto que la salud lo justifica más.

No es barato, porque todas las fórmulas que hoy se inyectan en las ciudades estadounidenses, son de doble aplicación.

La vacuna de Johnson & Johnson, de una sola dosis, fue retirada temporalmente y se analiza qué restricciones debe cumplir, de acuerdo con las condiciones de los pacientes.

Así que irse a vacunar a Estados Unidos implica un gasto, en el más económico de los casos, de al menos 35 mil pesos, por los dos viajes que habrá que hacer.

Y eso depende a dónde se acuda.

De acuerdo con reportes periodísticos, los estados de Texas, Luisiana y Arizona son los más recurrentes para este turismo.

La razón es sencilla, ahí la vacunación es abierta a todas las personas mayores de 16 años.

Todas estas circunstancias explican este masivo turismo de vacunación.

Una persona de unos 30 años, seguramente deberá esperar en México hasta finales de año, si bien le va, para ser vacunado.

Allá la vacuna es ahora.

Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos, reza el dicho popular atribuido a Porfirio Díaz.

Y es para bien y para mal.

gar_pro@hotmail.com

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