MORENA CRECE, EL PRI-PAN-PRD NO ENCUENTRAN ANTÍDOTO Y… EL CALENDARIO AVANZA DE PRISA

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A la mitad de las campañas federales, y a unos días de comenzar las locales en Puebla, aquella que se promocionó como “la gran alianza opositora” y que bautizaron como “Va por México”, del PRI, PAN y PRD, no ha encontrado cómo hablarles a sus potenciales electores. En las proyecciones, esa coalición sigue sometida al lopezobradorismo, que se perfila para reeditar su mayoría calificada en la Cámara de Diputados.

De acuerdo con las mediciones realizadas hasta hoy, no solamente la marca del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados sigue al frente, sino que incluso muestra una tendencia ascendente.

De acuerdo con Oraculus (oraculus.mx), la firma que realiza la “encuesta de encuestas” (Poll of Polls), hasta 47 por ciento de las preferencias están con el morenismo.

En tanto, los partidos de “Va por México”, en el caso de la competencia federal, ni siquiera juntos representan un riesgo para el actual régimen.

La suma de PAN, con un potencial de 17 por ciento, al igual que el PRI y el cuatro por ciento del PRD, apenas les dan 38 puntos, en el mejor de sus escenarios.

Aunado a esto, la aprobación del presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque con algunas caídas, sigue firme.

Alcanza casi a rozar 65 por ciento a su favor.

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Los opositores han privilegiado la descalificación a secas, antes que el contraste y la agenda que interesa verdaderamente a los ciudadanos.

En lugar de hablar de empleo, economía y seguridad y cómo salir adelante de los estragos de la pandemia, los candidatos del PRI-PAN-PRD siguen con el discurso de denuesto a López Obrador.

Por supuesto ese funciona en el círculo rojo.

Aquel que en buena medida es abiertamente AntiAMLO.

Pero ese de sí ya era un voto cautivo a su favor.

O en sentido afirmativo a alguno de los partidos de esta coalición.

Pero la gran masa que representa los votos que definen en las urnas, no tiene identificación con esa estrategia.

Está excluida en ese discurso.

En cambio, el Presidente de la República, a pesar de sus dislates, sigue teniendo la mayoría popular.

La popularidad mayoritaria.

Los próximos 30 días se supondría que deberían terminar por definir la elección.

Sin embargo, hoy no se ve como el próximo mes la gente pudiera tener un cambio de opinión radical.

Un fenómeno que pudiera dar un vuelco tal, que terminara por hacer naufragar al lopezobradorismo.

No se ve cómo.

La vacunación contra la COVID, como lo hemos dicho en otras entregas, avanza y en paralelo se consolida la fuerza de Morena y del actual régimen.

Pero enfrente, los candidatos de la coalición PRI, PAN y PRD parecen ausentes del verdadero debate y de los temas que le interesa a la mayoría silenciosa, pero que se espera asista a las urnas el 6 de junio.

De concretarse las proyecciones, como la que hace Oraculus, a partir del análisis de todas las encuestas y de la numeralia histórica, López Obrador rompería con el sino de sus antecesores.

Al menos los que siguieron al salinato.

Todos ellos (Zedillo, Fox, Fox, Calderón y Peña) perdieron curules en su elección intermedia.

La segunda mitad de su sexenio, desde Ernesto Zedillo Ponce de León, hasta Enrique Peña Nieto, el presidente tuvo bancadas menores en San Lázaro, a las que comenzaron en sus mandatos.

El calendario corre de prisa.

Las estrategias no se mueven.

Y el resultado parece muy cantado.

gar_pro@hotmail.com

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