CINCO RAZONES (AL MENOS) PARA VENCER LA APATÍA Y ACUDIR EL DOMINGO A LAS URNAS

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Tras la estridencia de la etapa de campañas, los ciudadanos bien deberíamos aprovechar estos días para encontrar, en principio, las razones fundamentales para vencer la apatía y presentarnos a las urnas el próximo 6 de junio.

Hay muchas y, seguramente, muy distintas, de acuerdo con una variedad de circunstancias.

Las económicas, las sociales, las personales y hasta las viscerales.

Muchos especialistas aseguran que votar es un ejercicio esencialmente emotivo.

Se puede coincidir o no con esa visión, pero es innegable que la pasión es una fibra que también se mueve al sufragar.

Sin ningún otro ánimo, más que el de invitarnos entre todos como ciudadanos a votar, aquí al menos cinco razones para ello:

1.- Si el ciudadano común, ése que no está afiliado a ningún partido, que no es beneficiario de ningún apoyo clientelar, deja de votar, está cediendo su poder de decisión a los grupos organizados.

Cuando hay una baja participación, menor a 40 por ciento de la Lista Nominal, quienes ganan son aquellos que acarrean votantes a las urnas.

Esta elección se espera con un alto abstencionismo.

Permitirnos esa baja participación será consentir que nos roben la capacidad y el derecho de decidir.

2.- Por tratarse de una elección intermedia, pareciera muy justificado no asistir a votar.

No se elige presidente de la República.

Ni gobernador.

¿A quién le interesan realmente los integrantes de la Cámara de Diputados o los alcaldes?, justificarán algunos.

Sin embargo, en las circunstancias del país, esta elección es vital para definir los próximos nueve años.

Una generación completa y sus condiciones de vida podrían perfilar su futuro este domingo 6 de junio.

Hay un camino fundamental que se define con la próxima configuración de la Cámara de Diputados.

Darle mayoría al Presidente de la República tiene implicaciones de otorgarle un poder completo.

Absoluto.

Podría incluso modificar la Constitución a su antojo.

En sentido contrario, se conformarían contrapesos al de por sí hegemónico sistema presidencialista nacional.

Eso incidirá en las decisiones, todas, de la nación, de aquí y hasta 2024.

Incluidos los presupuestos.

Cómo y en qué se gasta nuestro dinero.

En esta elección también está en juego cuál será el partido más fuerte hacia la sucesión presidencial.

¡Le urgen equilibrios y contrapesos a este país!

3.- No vale quejarse, si no se acude a las urnas.

La estridencia de las redes sociales, en donde muchas veces se ataca y se ofende a quien piensa distinto, no se refleja con el mismo entusiasmo en las urnas.

La participación está en la acción, más que en el reclamo.

No basta con dar un RT o un Me Gusta: ¡hay que votar!

4.- Si a usted ya le da igual cómo está su municipio y ni siquiera está enterado, ni le importa, quién es su diputado local y quién su federal, no vote por usted.

No tiene caso.

Lo que sí puede hacer es votar por el futuro que le va a dejar a sus hijos y sus nietos.

Eso puede ser que lo motive.

5.- Si no le gustan las cosas como están, vote.

Es urgente.

Si están como le gustan, vote.

Es indispensable.

Supere la apatía y vote.

gar_pro@hotmail.com

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