LXI LEGISLATURA, LA OPOSICIÓN DE MORENA ESTÁ EN MORENA

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Con una configuración inédita para Puebla, sin una mayoría natural del partido dominante y en un escenario que anuncia acuerdos entre el gobernador y la oposición, la LXI Legislatura (2021-2024) del Congreso del Estado quedó instalada con la peculiaridad de que los pocos adversarios de Miguel Barbosa Huerta están en su mismo partido, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Es también un ejercicio legislativo en el que convivirá la inexperiencia manifiesta de la mayoría, con la expertiz de algunos personajes que ya antes han probado su oficio político.

Entre ellos, habrá que considerar al coordinador del Grupo Legislativo morenista, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, un paciente y dedicado constructor de acuerdos.

Incluso en circunstancias que parecen imposibles.

Dentro de los 18 integrantes de la bancada de Morena, como se previó desde la repartición de las candidaturas, está el bloque antagonista contra el mandatario poblano.

A pesar de ser de su propio partido, podrían ser un grupo beligerante de no más de siete.

Los más visibles son los cinco plurinominales que entraron por un golpe de suerte, de último momento, tras sentencias del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Ahí están Carlos Alberto Evangelista Aniceto, enlace del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y muy cobijado por el presidente nacional Mario Delgado.

Está acusado, junto con otro de los pluris, Édgar Garmendia de los Santos, el secretario estatal en funciones de presidente, de vender candidaturas.

Hay denuncias formales contra los dos, quienes ahora tienen fuero.

Visto así, Casa Aguayo solamente puede confiar en 11 de los 18 integrantes de Morena.

Sin embargo, no hacen falta.

Aunque pueden dar lata.

Evangelista y Garmendia parecieran estar que ni pintados para convertirse en los nuevos José Juan Espinosa y Héctor Alonso Granados del actual ejercicio.

Los personajes que irracionalmente se opusieron y bloquearon todo.

Sin embargo, la mayoría afín al mandatario poblano, esa que proporciona la gobernabilidad, está garantiza con otras fuerzas.

Con los partidos que, se supone, son antagonistas naturales, se consigue sobradamente la mayoría simple, la mitad más uno de los 41, que es necesaria para la aprobación de reformas a leyes secundarias y las leyes de Ingresos y Egresos, por ejemplo.

Incluso, se puede obtener, con cabildeo, la mayoría calificada, las dos terceras partes, que se requiere para reformas constitucionales y algunos nombramientos.

Principalmente, Casa Aguayo tendrá como aliado al Partido Revolucionario Institucional (PRI), que llegó con siete curules.

Tiene en su coordinador a Jorge Estefan Chidiac, el diputado con más experiencia, administrativa, política y parlamentaria de esta LXI.

Aunque paradójicamente es la primera vez que es legislador local, pues tres ocasiones anteriores lo ha sido federal, entre muchos otros cargos.

También con el Partido del Trabajo (PT), cuya bancada tendrá cuatro integrantes, se puede contar.

Los solitarios representantes del PVEM, Movimiento Ciudadano y Pacto de Integración Social (PSI) se ven también del mismo lado.

Con todos ellos, se reúnen 25 votos.

Una mayoría simple de sobra.

Apenas, además, a dos votos de sellar la mayoría calificada.

El Partido Acción Nacional (PAN), con nueve curules, ha dado muestras de que será racional y no necesariamente una oposición que bloquee todo.

Tampoco tienen oportunidad aritmética de hacerlo.

Ese era finalmente el plan inicial.

Un bloque aliado del gobernador, pero de varias bancadas.

Porque en su partido, las tribus son impredecibles.

gar_pro@hotmail.com

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