LA PUEBLA QUE RETRATÓ FELIPE CAZALS Y QUE MUY POCO HA EVOLUCIONADO

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Con la muerte, este 16 de octubre, del gran cineasta mexicano Felipe Cazals Siena, de entre todos los deudos que intelectual y artísticamente deja, los poblanos tenemos razones muy especiales para echarlo de menos.

De su obra, de 25 películas y cuatro documentales, muchas de ellas que retratan con crudeza la realidad violenta de México, sobre todo de los años 70, Canoa: memoria de un hecho vergonzoso (1975), es especialmente sobresaliente.

El filme, que hace la narrativa puntual y descarnada del terrible caso de los universitarios linchados en esa hoy junta auxiliar de la capital poblana, San Miguel Canoa, ha llamado por generaciones a la reflexión.

A la alerta.

A la vergüenza.

Es un referente que nunca se debe olvidar, el caso de los cinco trabajadores de la entonces Universidad Autónoma de Puebla (UAP) -hoy Benemérita- que fueron asesinados por una población enardecida y azuzada por el sacerdote de la comunidad, hechos que ocurrieron el 14 de septiembre de 1968.

Desde el agregado al título, “memoria de un hecho vergonzoso”, Cazals sabe mirar con crítica social la tragedia.

Una que pudo haberse evitado.

Cinco inocentes muchachos que solamente buscaban escalar La Malinche.

Pero que fueron víctimas de la paranoia política-religiosa del párroco y líder del pueblo de San Miguel.

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La película consiguió el premio especial del jurado, en el Festival Internacional de Cine de Berlín del año 1976, y puso las miradas internacionales en México, en Puebla, en Canoa.

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La denuncia de Felipe Cazals sin duda llevó a muchas reflexiones y hasta a consideraciones sociales, políticas y, por supuesto, religiosas.

Sin embargo, su incidencia parea generar mejores condiciones sociales, sobre todo en Puebla, ha sido poca.

Escasa.

En referencia a esta específica denuncia social.

En el estado siguen siendo comunes los linchamientos.

De los más aberrantes y más sensibles casos, está el de octubre de 2015, cuando dos hermanos fueron quemados vivos en Ajalpan, porque alguien esparció el rumor de que se iban a robar a una niña.

“Detengan a los robachicos”, gritó una voz anónima y el infierno se desató.

José Abraham y Rey David Copado Molina, quienes eran encuestadores de la empresa Marketing Research & Services, corrieron ante la amenaza y terminaron muertos, ejecutados por la población.

Tal y como ocurrió en Canoa, en 1968, cuando el sacerdote dijo que los universitarios eran “comunistas”.

No era cierto, por supuesto.

De acuerdo con cifras oficiales, hasta mayo pasado, en Puebla en este 2021 ocurrió, en promedio, cada tres días un intento de linchamiento.

La palabra “Puebla” aparece 127 ocasiones en el “Informe Especial sobre Linchamientos en Territorio Nacional”, que publicó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en mayo de 2019.

Es para poner dos ejemplos.

Para hacer la referencia.

Cuánto nos hace falta vernos con crítica social eficiente.

Como la del gran maestro Felipe Cazals.

gar_pro@hotmail.com

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