EL PAN COMO TIERRA BALDÍA

5-garganta

El Partido Acción Nacional (PAN) en Puebla está roto. Así es hoy inservible para cualquiera de las partes en conflicto. No se ven en el horizonte soluciones y al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) pareciera serle muy conveniente que éste, el que debiera ser el principal instituto político de oposición en la entidad, se mantenga como tierra baldía.

A pesar de que se ha reconocido el triunfo del grupo del alcalde capitalino Eduardo Rivera Pérez y la presidencia de Augusta Díaz de Rivera, el nuevo Comité Directivo Estatal (CDE) se percibe frágil.

La ex dirigente, la diputada federal Genoveva Huerta Villegas, sigue con sus impugnaciones, aunque no tiene posibilidad de ganar.

Pareciera que solamente lo hace por molestar.

Y lo hace con éxito.

Porque con mucha velocidad, sus adversarios se enganchan en sus provocaciones.

Le dan nivel de interlocución.

Estatus de poderosa enemiga.

Lo es en muchos sentidos.

Si alguien tuvo que ver con la zancadilla que le pusieron a Eduardo Rivera Pérez en el Congreso local, al negarle la aprobación del Derecho de Alumbrado Público (DAP), para Puebla capital, fue Genoveva.

Su grupo.

El coordinador que ella puso, Eduardo Alcántara Montiel.

El mismo que seguirá en esa posición, por alguna razón que no se está a la vista.

Eso, a pesar de que Augusta había anunciado su pronta remoción.

Son acuerdos que se ocultan más allá de lo evidente.

Lalo Alcántara se ve fuerte.

Este miércoles, la nueva presidenta del CDE anunció que no contempla su sustitución.

Al menos en el corto plazo.

A quien sí va a remover, dijo la ex diputada federal y local en entrevista, es a Irving Vargas Ramírez, novio de Huerta Villegas y represente del PAN ante el Instituto Electoral del Estado (IEE).

Pero aún no dice cuándo.

Al arranque del año, con una declaración incendiaria, Genoveva les marcó la agenda mediática.

Acusó que la nueva dirigencia se va a convertir en “comparsa” de la Cuarta Transformación (4T) en Puebla.

Lo dice muy adelantadamente, porque, efectivamente, como contestó Augusta, eso no ha ocurrido.

Todavía.

Es más, Díaz de Rivera le reviró y dijo que, en la pasada elección, la dirigencia de Genoveva ayudó al Movimiento Regeneración Nacional (Morena) a ganar algunas posiciones.

Lo que pareciera también tener muchos elementos de verosimilitud.

Mientras todo esto ocurre, alguien mira.

Está sentado en su cómoda silla de la sede panista de la Colonia Del Valle, en la Ciudad de México.

Hasta palomitas puede mandarse a pedir para disfrutar el encontronazo.

Es Marko Cortés Mendoza.

El presidente nacional panista, a quien pareciera convenirle mucho esta ausencia de orden.

De armonía.

Los pleitos.

El estatus de tierra de nadie.

gar_pro@hotmail.com

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