Pues a pesar de los críticos viscerales y un par de incidentes muy menores, la Feria de Puebla 2022 logró colocarse sin duda entre las más importantes del país y superó, por mucho, la expectativa de derrama económica en el rubro de turismo. Del 28 de abril a este domingo 15 de mayo, muchos ojos voltearon y se llevaron una muy buena impresión.
Y de eso se trataba.
Qué bueno que le fue bien al Comité Organizador y, por tanto, al gobierno estatal.
Luego de dos años es una bocanada de aire puro para la economía y el ánimo popular.
Hubo espectáculos para todos los bolsillos y para todos los gustos.
Mercancías también de todo.
Juegos mecánicos de gran interés.
Sobre todo, se dio el regreso de las artesanías poblanas.
Una exposición especial sobre los Pueblos Mágicos del estado.
De la gastronomía local, también destacó.
Resultó un impulso fuerte y decidido para la economía estatal.
Para todos los ámbitos.
Principalmente, para revivir de forma definitiva el turismo.
De acuerdo con Sistema Nacional de Información Estadística del Sector Turismo de México-DataTur, durante la feria arribaron 143 mil 856 turistas a cuartos de hotel.
Asimismo, 335 mil 664 excursionistas.
Todo eso representó una derrama económica por turismo superior a 640 millones de pesos.
Una de las mayores virtudes de la Feria 2022 es que recobró el carácter popular y el sentido poblano.
Lo resaltó el gobernador Miguel Barbosa Huerta al definirla como una feria que fue del pueblo.
“Hemos hecho de esta feria la feria del pueblo, el pueblo hizo de esta feria su feria, ahora Puebla es del pueblo, que así se entienda”, dijo el mandatario en la ceremonia de clausura.
Recuperó también la oportunidad de ser un foro agropecuario.
El más importante del Sur-Sureste.
Así como un gran escenario para los artistas más populares, que se presentaron en el Palenque y en el Teatro del Pueblo, que lucieron con llenos a diario.
El éxito de todas las presentaciones sin duda hará que en 2023, muchos quieran pisar los escenarios de sus foros.
A diferencia de otras que se realizan en el país y que con los años han degenerado a espacios de consumo desbocado de alcohol, la Feria de Puebla mantuvo su carácter familiar.
Poco se ha dicho, pero la feria también ha revivido el ánimo festivo poblano de lo que antes se llamó con insistencia y tradición “Las Fiestas de Mayo”.
Esa celebración que colmaba de orgullo a los poblanos en las celebraciones del Día del Niño, del Trabajo, el 5 de Mayo, por la Batalla de 1862, el Día de la Madre y del Maestro.
Esa Puebla de sabor a nostalgia viva.
Qué bueno que así haya sido.
Y mejor, mucho mejor, si puede seguir siéndolo en 2023.