2024, PUEBLA Y EL MODELO COAHUILA

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Aunque la posible alianza PRI, PAN y PRD ya está adelante en la carrera a la gubernatura de Coahuila, aún no es seguro que esos partidos conformen la coalición estatal para 2023. Están estancadas las negociaciones, principalmente, porque Acción Nacional pretende imponer a su candidato en esa tierra, en la que gobierna el Revolucionario Institucional. Ese contexto de división opositora está siendo analizado con interés por la dirigencia de Morena, como posibilidad para romper ese maridaje rumbo a las 9 entidades que estarán en disputa en 2024. Se está convirtiendo en un buen laboratorio.

De acuerdo con la encuesta de El Financiero de este martes, en ese estado del norte del país, Morena tiene un potencial de 40 por ciento de las preferencias sin aliados, mientras que PRI y PAN obtienen 21 por ciento cada uno.

Juntos suman 42 por ciento y con el PRD crecerían otro cinco por ciento.

Sin embargo, aún no está segura su coalición en esa entidad.

A pesar de que se han instalado mesas, encabezadas por los notables de los tres partidos, no se ha logrado un acuerdo.

Faltan algo así como cuatro meses para la definición.

El tiempo corre.

Este caso está mostrando las fracturas o la ruta que se puede seguir para dividir las ediciones estatales de la Alianza va por México.

En Coahuila gobierna el PRI.

No le ha ido mal y ha ganado también los procesos locales intermedios.

Pero, además, el poder lo tiene el grupo del coordinador del Grupo Parlamentario del tricolor en San Lázaro, Rubén Moreira Valdez.

Él mismo fue mandatario estatal el ejercicio anterior.

De ahí la importancia de mantener el estado.

Y de que el priísmo ponga candidato.

No se trata solamente del orgullo del instituto político.

Sino que también están en juego los intereses personales y de grupo del clan que manda en Coahuila, que es extensión y socio del dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas.

Sin embargo, el Partido Acción Nacional (PAN) asegura que tiene varias cartas fuertes.

Reclama también que en el Estado de México, que también se define en 2023, es el PRI quién pondrá abanderado.

No quieren ceder que en las únicas dos elecciones del próximo año, sea el tricolor, en ambos casos, quien en defina las postulaciones.

En 2024 habrá nueve gubernaturas en juego.

En ninguno de esos estados gobierna el tricolor.

En seis gobierna Morena: Ciudad de México, Chiapas, Morelos, Puebla, Tabasco y Veracruz.

En dos AN: Guanajuato y Yucatán.

Y en uno Movimiento Ciudadano: Jalisco.

Sin embargo, el jaloneo entre PRI y PAN será fuerte en alguna de esas elecciones, a pesar de que logren un acuerdo para ir juntos a la Presidencia de la República.

Además, hay otras complicaciones normativas.

Hay que recordar que cuatro de las 9 postulaciones que cada alianza o partido haga deben ser para mujeres.

Puebla está en ese escenario.

Estará en esas disputas.

Aunque aparentemente aquí el tricolor no tiene aspirantes serios a la gubernatura, nuestro estado puede convertirse en eje de negociación.

O un factor de condicionamiento para otras entidades.

Es decir, aunque claramente en Puebla por su potencial de votos debiera ser Acción Nacional quien encabece la candidatura al gobierno del estado, podría complicarse la negociación en función de que se apriete en alguna otra de las ocho entidades que tendrán elecciones.

Hay que estar atentos al modelo Coahuila y ver cómo se resuelve.

Principalmente por las deudas políticas y los resentimientos que pudiera dejar, en el contexto de la alianza.

Sólo para no dejar de mencionarlo, el PRD ha dicho que sobre Coahuila jala con quién pongan.

Claramente, no tiene ninguna capacidad de opinión.

Sin embargo, PRI, PAN y sus respectivos intereses de partido, de grupo y personales definirán la ruta de Coahuila.

Y el modelo Coahuila podría definir el camino de muchos estados en 2024.

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Esta columna volverá a publicarse el lunes 1 de agosto.

gar_pro@hotmail.com

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