Arturo Luna Silva
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De un año al otro, nada cambió: el poder Judicial de Puebla sigue siendo uno de los sistemas más caducos, corruptos e ineficientes del país.
Y es que otra vez volvió a ocupar los últimos lugares en calidad, autonomía, confianza y rapidez.
Todavía hay rezago en casi todo, todos menos –paradójicamente- en sueldos de jueces y en condiciones materiales de los juzgados.
Así lo confirma el más reciente estudio sobre “Indicadores de confiabilidad y desarrollo institucional local”, de la Asociación de Bancos de México (ABM), en coordinación con el ITAM, el Consejo Coordinador Financiero y Moody´s de México< correspondiente a 2009.
Según el documento, el aparato dirigido por León Dumit Espinal, presidente del Tribunal Superior de Justicia, ocupa las siguientes posiciones, prácticamente idénticas a las reportadas por la ABM un año antes:
*El 29 de 32 en calidad de los juzgadores.
*El 29 de 32 en calidad de las resoluciones.
*El 28 de 32 en uniformidad de criterios.
*El último (32 de 32) en imparcialidad en los procedimientos.
*El 30 de 32 en autonomía de jueces y magistrados.
*El 21 de 32 en funcionamiento de los tribunales.
*El 25 de 32 en confiabilidad de los servicios periciales.
*El 27 de 32 en controles y supervisión.
* El 28 de 32 en rapidez en los procedimientos ejecutivos mercantiles.
* El 20 de 32 en rapidez en los procedimientos ordinarios mercantiles.
* El 17 de 32 en rapidez en los procedimientos hipotecarios.
* El último (32 de 32) en periodos de inactividad procesal imputables a la autoridad judicial.
* El 30 de 32 en rapidez en los procedimientos de ejecución.
* El 27 de 32 en duración de las diligencias de emplazamiento de las partes o terceros.
* El 26 de 32 en ejecución con independencia de presiones de las partes o terceros.
* El 1 de 32 en condiciones materiales de los juzgados.
* El 1 de 32 en condiciones materiales de las salas.
* El 21 de 32 en suficiencia de recursos humanos.
* El 15 de 32 en existencia de medios de acceso electrónico a la información.
* Y el 18 de 32 en salarios de jueces.
A pesar de ser uno de los mejor pagados del país, el poder Judicial poblano sigue siendo corrupto e ineficiente.
Una auténtica vergüenza nacional en aspectos torales como calidad, imparcialidad, rapidez y confiabilidad.
Mientras jueces y magistrados se enriquecen a los ojos de todos, los poblanos recibimos migajas de justicia.
Y es que el aparato que la administra continúa oxidado y podrido.
En resumen: sin remedio.
Como en 2003, 2006 y 2008, los años en que la ABM ha evaluado:
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El caso del juez Ruperto Leonardo Treviño Musalem, quien torció la ley para favorecer a Paco Bernat a cambio de un cañonazo de 1.2 millones de pesos, no es la excepción: es la regla.
¡Y luego se preguntan, entre indignados y sorprendidos, por qué Rafael Moreno Valle Rosas hace campaña con el tema –toral tema- y propone el Consejo de la Judicatura!
Por lo demás, me parece, medida insuficiente para parar a la mafia encabezada por Dumit Espinal.
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