Candidato carne de prisión

Arturo Luna Silva


Entre los candidatos a alcaldes que el ex priísta Rafael Moreno Valle Rosas impuso a la coalición “Compromiso por Puebla”, hay uno que debería ser aspirante, sí, pero aspirante a ingresar al Cereso más cercano.

Tal es el caso de Porfirio Loeza Aguilar, quien ya fue edil de Tlatlauquitepec durante el periodo 2005-2008 y que ahora pretende regresar por sus fueros para seguir saqueando las arcas municipales.

De dudoso prestigio, este sujeto es un político que ciertamente ha conformado una eficaz red de ciudadanos que trabajan para sus intereses y que los ha sabido convertir en sus siervos al calor de sus promesas y retribuciones económicas.

Siendo presidente municipal intentó por todos los medios ser diputado local, pero hasta en su partido, Convergencia, le dijeron que no.

¿La razón?

Sus largas uñas.

A pesar de ese fracaso, trató de convertirse en presidente estatal de la fuerza naranja a través de un golpe de estado al corrupto y chaquetero de José Juan Espinosa.

Como tampoco pudo, entonces entregó su alma a Rafael Moreno Valle, a quien le juró amor eterno a cambio de servirle por siempre como el más fiel de sus súbditos.

A fuerza de billetes –muchos billetes-, logró convencer al hoy candidato a la gubernatura para hacerlo candidato a alcalde de Tlatlauquitepec.

Y así fue, sin importar, claro, que don Porfirio tiene cuentas pendientes con el Órgano de Fiscalización Superior del Congreso del estado, donde no ha logrado que le aprueben sus cuentas públicas.

Hasta en la página web del ORFISE aparece que su cuenta de 2006 está inconclusa y peor: sobre sus espaldas pesa el inicio de un procedimiento administrativo de responsabilidades por un monto no aclarado de 19 millones de pesos.

Por consiguiente, 2007 y 2008 también están en veremos, pues nuestro personaje tampoco las ha podido solventar.

Lo más grave de todo es que Moreno Valle Rosas conoce bien el caso y que sabiéndolo, lo haya hecho uno de sus candidatos a presidentes municipales.

La conclusión a la que llegaron él y sus asesores es que no había impedimento legal para hacer su registro ante el Instituto Electoral del Estado y que cualquier cosa, él, Rafael, respondería.

Lo que sucedió es que, en su loca obsesión por ganar, el nieto del general se dejó llevar por las encuestas practicadas en Tlatlauquitepec y que Loeza Aguilar pagó de su bolsa.

Pero hoy que otra vez está en campaña por la alcaldía, el rechazo ciudadano no se ha hecho esperar.

Y es que todos saben de qué pie cojea, por lo que en lugar de aportarle a la coalición opositora, le está minando fuerza, ya que sus contrincantes no dejan de preguntar cómo es posible que se haya robado tanto dinero, que no le haya pasado nada y que ahora quiera regresar para seguir atracando al erario.

Hay que agregar que eso no es todo: Porfirio tiene en su contra una demanda por robo calificado bajo la averiguación previa 187/2009/TLA/RVTEZ, expediente que se encuentra en la Procuraduría General de Justicia.

El aspirante a edil de “Compromiso por Puebla” robó ante los ojos de mucha gente una motocicleta propiedad del Lic. Joaquín Fernández, quien es un conocido y respetado abogado de Tlatlauquitepec, donde además labora como auxiliar de la Notaría Pública número 2.

Sí, Loeza Aguilar es un candidato carne de prisión.

Y con estas auténticas mulas, Moreno Valle Rosas pretende gobernar a los poblanos.

O lo que es lo mismo: ponernos una bonita madriza.

Consulte aquí el expediente completo que abrió el ORFISE al raterazo de Loeza Aguilar y que prueba todo lo que aquí le he dicho:

Para leer la información haga click en la imagen

arturoimagen

gar_pro@hotmail.com


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