Y la madriza se la llevó Moreno Valle

Y la madriza se la llevó Moreno Valle

Arturo Luna Silva

Como el mejor fajador de los pesos pesados (Cassius Clay en el Madison Square Garden), Javier López Zavala invirtió los papeles: fue él quien, golpe a golpe, terminó por ponerle la famosa madriza a Rafael Moreno Valle Rosas, que terminó sofocado y pidiendo esquina, sin poder cumplir con ésa, su anunciada promesa de propinar dicha madriza a su contrincante.

Seguramente quien esperaba ver a López Zavala sin argumentos, titubeante, mullido, manco y hasta torpe, se llevó enorme sorpresa.

Desde el inicio del debate, tomó la ofensiva y ya no la soltó.

Fue agresivo de principio a fin.

Cuando se preveía que Moreno Valle fuese quien de inicio se lanzara a la yugular, abriendo las supuestas cloacas y exhibiendo los presuntos expedientes secretos del marinismo, ocurrió todo lo contrario: fue López Zavala quien se le fue encima, y ya no lo dejó respirar. Cual perro tras su presa.

Tras bautizarlo como “el candidato de la mentira”, dijo poseer documentos que prueban que Moreno Valle falseó su doctorado en derecho en la Universidad de Boston y que nunca ocupó altos cargos directivos en el Dresdner Bank; en su tiempo, también lo acusó de promover la legalización de los abortos y de los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Y Moreno Valle, con el semblante descompuesto, cayó en la obvia provocación.

En su turno, a su modo, trató de responder y eligió el peor camino: se metió con la vida privada de López Zavala y López Zavala le respondió en los mismos términos.

Moreno Valle dijo, palabras más, palabras menos, que hay políticos que cambian de auto, cambian de casa y hasta cambian de esposa.

López Zavala replicó, hábilmente, que sí, en efecto, hay políticos que cambian de auto, cambian de casa y hasta cambian de esposa, pero hay otros que cambian de partido y hasta de sexo.

¿Rudeza innecesaria?

Sí, tal vez. Pero sin duda, un dardo envenenado al epicentro del corazón. Vamos: un gancho al hígado del que el nervioso neopanista ya no logró levantarse, al menos anímicamente.

Y menos cuando el candidato de la alianza “Puebla Avanza” lo remató al indicar que hay constancias de que el progenitor de Moreno Valle fue sentenciado a un año de prisión, por el delito de fraude, en Milán, Italia.

Fue al final que Moreno Valle trató de reaccionar, al afirmar –un jab doloroso- que los padres de López Zavala son los Donald Trump de por acá, pues tienen 26 propiedades en Puebla y Veracruz, a manera de prestanombres.

El ataque, sin embargo, ya no pudo ser contestado por el priísta debido a que la de Moreno Valle fue la última intervención de la noche.

Noche de cuchillos largos y sangre, mucha sangre, para solaz –y esparcimiento-, por cierto, del “círculo rojo” poblano, que tuvo un verdadero festín.

Hasta las siete de la tarde de este miércoles, todo mundo creía que Moreno Valle ganaría de calle. Y no sólo eso: que cumpliría con su promesa de ponerle una madriza a López Zavala, quien tiraría la toalla y saldría en camilla. Bueno, hasta se mandó a hacer sus spots de manera anticipada.

Pero ése fue otro mito que se derrumbó.

Y es que resultó exactamente al revés: para sorpresa de propios y extraños, López Zavala sí se puso los guantes, sí demostró tener buenos puños y sí acabó derrotando al enemigo, hundido en un lodazal que –también hay que reconocerlo- terminó por salpicar a todos. La paliza, la golpiza despiadada, se la llevó Moreno Valle, no López Zavala.

Para decirlo en términos pugilísticos: López Zavala flotó como una mariposa y picó como una abeja.

Y no fue nocaut, ciertamente, pero tampoco estuvo lejos de ello.

***

Que nadie se espante.

La experiencia me enseñó que la política es a menudo negativa, entre otras cosas porque votar es una opinión mutuamente excluyente: sólo hay un ganador.

Por ello, ser agresivo en política se traduce en una palabra: ataque.

Ser agresivo se vuelve vital cuando no se es capaz de conseguir avance en la primera ofensiva.

Si el ataque inicial del oponente es agresivo, tu respuesta tiene que ser doblemente agresiva.

El objetivo no es contestar todos los ataques del oponente, sino hacer que el adversario enloquezca tratando de contestar todos tus ataques.

La política es una cloaca y las cloacas apestan, hieden, insoportablemente.

Kerwin C. Swint, autor de un hermoso libro que presenta las 25 mejores campañas negativas en la historia de Estados Unidos, señala que no hay que hacerse tontos ni desgarrarse las vestiduras ni espantarse a nombre de la sociedad:

La gente ama las campañas, en especial las negativas, pese a que en encuesta tras encuesta los electores digan que no les gustan la negatividad ni las campañas de lodo.

De ello hay dos razones principales: la primera, que a la gente le fascina el chisme y las campañas están llenas de ellos; y la segunda, que las campañas negativas son efectivas y la gente las recordará por mucho tiempo.

Fuera de hipocresías y falsas poses, creo en ello.

Las decisiones editoriales de Puebla On Line pueden resultar controvertidas e incluso censurables a ojos de algunos (después de todo, gracias a Dios, el periodismo es totalmente subjetivo).

Pero prefiero mil veces ello a pasar desapercibido o dirigir un medio inocuo, vacío, que pase de largo, que se pierda en la noche y no provoque ni odios ni amores, sólo indiferencia, ésa maldita.

gar_pro@hotmail.com

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