La agenda de la futura primera dama de la ciudad

Arturo Luna Silva

La que no deja de prepararse para hacer un buen papel en la importante responsabilidad que le tocará asumir a partir de febrero de 2011, es Liliana Ortiz, esposa del edil electo, Eduardo Rivera Pérez.

Sí, la futura primera dama de la ciudad de Puebla aprovecha estos largos días de la transición para adentrarse en el conocimiento de los programas de asistencia social que le tocará emprender al frente del Sistema Municipal DIF.

Discreta, por completo alejada de los reflectores, en los últimos días ha venido desahogando una agenda de alto nivel con expertos en salud, nutrición, atención psicológica y legal, y sobre todo capacitación y prevención de la violencia intrafamiliar, para extraer las experiencias que le permitan, en su momento, retomar lo que está bien hecho, corregir lo que no ha funcionado del todo y proponer nuevos y mejores modelos de atención para los grupos vulnerables, que por desgracia no son pocos.

La señora Ortiz ya se sentó, por ejemplo, con el secretario de Salud del gobierno federal, José Ángel Córdoba Villalobos, para pedirle desde ahora apoyo para Puebla capital en varios asuntos que le preocupan, como la falta de programas que atiendan el grave problema de la obesidad infantil, un tema sensible y de salud pública cada vez más presente. De más está decir que la recepción y respuesta que recibió por parte del funcionario fueron inmejorables.

Pero eso no es todo: hace poco se reunió, por separado, con Ana Teresa Aranda y Patricia Sánchez. Hay que recordar que la primera fungió durante algún tiempo como directora nacional del DIF en el sexenio del presidente Vicente Fox, mientras que la segunda hizo lo propio a nivel municipal en el trienio de Luis Paredes Moctezuma.

De igual forma, ha viajado a Nuevo León y Jalisco para observar de cerca el funcionamiento de los organismos de esos estados encargados de promover el desarrollo integral de la familia, y adaptar para Puebla aquellos servicios o programas exitosos.

Liliana Ortiz de Rivera no está a la espera de que arranque el gobierno de su marido para empezar a ver qué hará como presidenta honoraria del DIF.

No será extraño, por eso, que, con el fin de intercambiar impresiones, en los próximos días se dé un primer encuentro institucional con la actual presidenta del Patronato, Gabriel Alcalá Ruiz –hermana de la alcaldesa Blanca Alcalá-, o con su directora general, María Fernanda Diez Torres, las cuales, por cierto, han hecho un gran papel hasta la fecha.

Así como Lalo Rivera no pierde un solo día en la construcción de su proyecto de gobierno (ayer se volvió a reunir con Blanca Alcalá y, aparte, con los rectores de las universidades para avanzar en el proceso de selección del ciudadano sin partido que será su contralor, y hoy es muy probable que esté presente en la Cámara de Diputados federal para empezar a cabildear con algunos legisladores partidas especiales para proyectos específicos que trae en cartera), su esposa también se prepara con todo para cumplir las expectativas y contribuir desde su posición a mejorar las condiciones de vida de mujeres, infantes, personas con discapacidad y de la tercera edad de la ciudad de Puebla.

Sabe que no será fácil y que el reto es mayúsculo.

Y es que así como sin duda fue factor clave para el triunfo electoral de su marido el pasado 4 de julio, lo que Liliana Ortiz (madre de tres hijos, egresada de la UPAEP) haga o deje de hacer será importantísimo para el éxito o fracaso del gobierno de su esposo, el panista Rivera Pérez. Seguramente por eso, ella ya está desde hoy con las manos en la obra.

gar_pro@hotmail.com

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