El juego de José Juan, el diputado incómodo

Arturo Luna Silva

El juego del diputado local y dirigente estatal de Convergencia, José Juan Espinosa, tiene más fondo del que muchos suponen.

Antes de la instalación del Congreso del estado, durante las mesas de negociación, buscó la Presidencia de la poderosa Comisión Inspectora del Órgano de Fiscalización Superior y no se la dieron.

Después, intentó que el IAPEP fuera para Convergencia y tampoco se lo entregaron.

Entonces, endureció su postura y decidió no afiliarse a la fracción del PAN, como quería Rafael Moreno Valle.

Contra viento y marea logró mantenerse como convergente. Para ello, claro, fue decisivo el apoyo del veracruzano Dante Delgado Ranauro, líder moral del partido naranja.

José Juan quiere ser el único diputado que abandere las “causas de la izquierda” en el Congreso, ante la incongruencia y los bandazos del PRD.

Y ciertamente ha encontrado un interesante nicho “de mercado”: ser, por el momento, la única voz disidente dentro del Legislativo poblano.

Papel que ni el PRI viene haciendo ante las decisiones unilaterales de Moreno Valle y sus diputados, meros empleados a las órdenes del gobernador, a quien no se atreven a contrariar.

El problema de José Juan, entre otros, es que a veces imita a Pepe Momoxpan, sólo que al revés: el convergente sí busca sacar renta política de su hiperactividad legislativa.

Algunas veces golpea al PRI y al marinismo con claras indicaciones políticas.

Otras se confronta con el PAN so pretexto diferencias ideológicas.

Y mantiene abierto un frente de guerra de alta intensidad con el “líder” de la Cámara, el decepcionante Guillermo Aréchiga, de Nueva Alianza.

Con su protagonismo llevado a veces al extremo, José Juan logró encabezar la importante Comisión de Administración.

Sin embargo, no contó con que le atarían las manos para el manejo y gestión de los recursos del Congreso, y que le pondrían a un “perro” (el propio Aréchiga) a las puertas de su oficina para morderlo cada vez que quisiera dar un paso con libertad.

Los panistas (especialmente Mario Riestra) están hasta el gorro de sus actuaciones, porque un día sí y el otro también los pone en ridículo en la Legislatura.

Cada vez que puede, Miguel Ángel de la Rosa, el dirigente de papel del PRD, le pide al súper secretario Fernando Manzanilla que ya, con un manotazo, termine con el protagonismo del diputado incómodo y que empiece por quitarle la Comisión de Administración.

Pero José Juan ni se inmuta y a todos les ha dado la vuelta, entre otras cosas porque se ha blindado y ha sabido fortalecer sus alianzas mediáticas.

A diferencia de sus compañeros diputados, ha sumado, no restado, adentro y afuera de los medios, y eso le ha dado cobertura política.

No ha sido difícil: de por sí le gustan los reflectores, y estar en los medios es una de sus especialidades (no por nada lucró como pocos con el show de las reformas a los llamados “delitos de prensa”).

Lo cierto es que ha dejado de estar cerca de Moreno Valle y ya pocas veces lo acompaña a sus recorridos en helicóptero por el interior del estado, como ocurría frecuentemente desde la campaña.

José Juan sigue siendo el dirigente local de Convergencia, pero sabe que en cualquier momento le pueden dar un “golpe de Estado” y quitarle el control partidario en Puebla.

Su peor enemigo en el partido es Eukid Castañón, que como secretario general adjunto del CEN no se detendrá hasta recuperar completamente Convergencia para el grupo morenovallista, especialmente para el secretario de Educación Pública, Luis Maldonado, (ni tan) encubierto activista en Puebla de los intereses presidenciales del jefe de gobierno del D.F., Marcelo Ebrard.

José Juan sabe que la prioridad número 1 de Moreno Valle es mantener la gobernabilidad en el estado, que no quiere verse en el triste espejo de Gabino Cué en Oaxaca y que ningún partido de la alianza ganadora en Puebla se le descomponga.

Pero a diferencia de sus enemigos, José Juan no está pensando en el 2011, su juego es para el 2012.

Quiere ser diputado federal.

Misión imposible –y lo sabe- estando cerca de Moreno Valle o convirtiéndose en su comparsa, pero muy, muy factible siguiendo los pasos de Dante Delgado, pasos que conducen inevitablemente hacia Andrés Manuel López Obrador.

Él mismo que, se dice, en breve podría estar en Puebla para, entre otras cosas, hacer una dura, durísima crítica al gobierno de Moreno Valle, a quien el tabasqueño observa y ubica ya como un factor de poder y enemigo a vencer en la gran guerra política que se avecina a nivel nacional.

Guerra de la que José Juan está tomando parte con el riesgo de salir victorioso o total, absolutamente derrotado.

Pero de eso está hecha la política, ¿o no es cierto?

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Desde la pasada semana corrió la versión en círculos de poder del D.F.

El poblano Jorge Estefan Chidiac podría integrarse al nuevo Comité Ejecutivo Nacional del PRI.

¿La posición?

La Secretaría de Finanzas.

Dicen que fue parte de las negociaciones entre Emilio Gamboa y Humberto Moreira para que el primero se bajara de la carrera por el PRI nacional, dejando el camino libre al segundo.

Y que la llegada de Estefan al CEN cuenta con el visto bueno de Enrique Peña Nieto, a quien por el momento sirve desde la CNOP mexiquense.

¿Será?

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Este miércoles regresan a la BUAP los escritores Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda, esta vez para presentar su libro “Regreso al futuro”.

La cita es las 17:00 horas en el Salón Barroco del Edificio Carolino.

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A través de Puebla Verde, la incansable Verónica Mastretta ha dado al gobierno de Moreno Valle la solución final para destrabar el verdadero nudo gordiano en que se ha convertido la donación de un terreno de 6 hectáreas en la Reserva Territorial Atlixcáyotl-Quetzálcoatl para el CRIT (Centro de Rehabilitación Integral Teletón), proceso marcado por la falta de información (hermana de la opacidad) y confusión a raíz de desafortunadas declaraciones de algunos muy importantes funcionarios involucrados con el asunto.

Hace unos días, Mastretta se reunió con el director general del Fideicomiso de la R.T, Pedro Plaza Montaño, para decirle que no se hagan bolas, pues para poder liberar sin problemas el predio para el CRIT, el gobierno estatal debe realizar una sustitución simultánea de los mismos metros que se modifican por metros equivalentes dentro de la misma reserva, nunca fuera de ella, punto en el que al parecer coincidió Plaza.

Por eso, sólo por eso, es muy probable que esta misma semana el tema quede totalmente solucionado, y todos felices y contentos, pero más el gobernador, que ya estaba a punto de cortar cabezas ante tanta ineficiencia.

Aunque eso sí: Verónica Mastretta, además regidora del Cabildo capitalino, también puso en conocimiento de Plaza (y por tanto del jefe de éste, el mandatario estatal) que el gobierno debe cumplir con otros cinco importantes puntos antes de proceder a la donación:

  1. Estudio y justificación del las razones técnicas, jurídicas y sociales para ese cambio.
  2. Autorización de los cuatro alcaldes cuyos municipios están dentro de la R.T. Los presidentes de Puebla, San Andrés, San Pedro y Cuautlancingo deben firmar sin excepción.
  3. Solicitud de autorización a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) del gobierno federal.
  4. Formalización jurídica de dichos cambios.
  5. Cumplimiento del fin del uso de suelo de manera inmediata.

¿Los cumplirán?

gar_pro@hotmail.com

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