Este lunes, el presidente nacional del PRI, Humberto Moreira, repartió varios importantes nombramientos.
Uno de ellos recayó en una priísta poblana de larga trayectoria: Blanca Alcalá Ruiz.
La ex presidenta municipal es a partir de hoy delegada del Comité Ejecutivo Nacional del tricolor en Colima.
Alcalá recibió la encomienda directamente de Moreira, quien le encargó mantener unido al PRI de esa entidad.
Y fuerte.
Y activo.
Y más de cara al trascendental, decisivo 2012.
Colima es gobernada por el Revolucionario Institucional a través de Mario Angiano Moreno.
Es el cuarto estado más pequeño del país.
Es la tierra del ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado.
Tiene 10 municipios y unos 650 mil habitantes.
Según se sabe, será esta misma semana cuando Blanca Alcalá sea presentada como la nueva delegada.
Así que ahora su vida se repartirá entre Colima y Puebla.
O lo que es lo mismo: entre Puebla y Colima.
Y es que no abandonará el capital político acumulado en su tierra durante tantos años.
Aunque habrá quien así lo piense o anhele, el nuevo rol nacional de la ex alcaldesa poblana no la debilita ni la aleja de la meta.
De hecho, la acerca más y más a su principal objetivo: el Senado de la República.
No es lo mismo pelear la posición en solitario, sin ningún apoyo, que ahora como operadora estratégica del CEN del PRI.
Hay que recordar que Alcalá también es secretaria general adjunta de la CNOP a nivel nacional.
Y que poco a poco, desde que terminó su trienio, se ha ido metiendo en el ánimo de quienes hoy están tomando las grandes decisiones en el priísmo.
Tiene comunicación directa con la gente de Enrique Peña Nieto.
Es del equipo de Emilio Gamboa Patrón.
Y tiene a un fuerte aliado en su paisano, el poblano Jorge Estefan Chidiac, su amigo, el influyente secretario de Finanzas del CEN del tricolor.
Por si fuera poco, las encuestas serias la colocan a la cabeza de la carrera por el Senado en Puebla.
Y su principal activo -no ser marinista ni estar ligada de ninguna forma al góber precioso- le sigue dejando réditos.
Por lo pronto, hoy, cuando la vea en el segundo informe del rector Enrique Agüera, felicítela.
Y dígale:
¿Cómo está mi delegada?
Ella le devolverá el saludo con una sonrisa enorme, enorme como la felicidad que la embarga desde que Moreira le informó que la mandan a Colima porque su partido, el PRI nacional, la necesita ahí.
Ahí.
Por el momento.
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Por cierto: el dirigente nacional del PRI también dio nombramientos a algunos ex gobernadores.
Los designó delegados o secretarios regionales.
Entre los favorecidos, están los ex mandatarios de Durango, Chihuahua, Guerrero, Coahuila, Tamaulipas, Hidalgo, Veracruz y Sinaloa.
Es decir: Ismael Hernández, José Reyes Baeza, René Juárez Cisneros, Enrique Martínez Martínez, Eugenio Hernández, Jesús Murillo, Fidel Herrera y Jesús Padilla Aguilar, respectivamente.
Cada uno de ellos tendrá a su cargo una región del país, y deberán garantizar, entre otras cosas, representantes en el 100 % de las casillas y trabajo territorial para el 2012.
Como se puede notar con una contundencia abrumadora, del paquete de ex gobernadores fueron excluidos Ulises Ruiz (Oaxaca) y claro, por supuesto, desde luego: Mario Marín (Puebla).
Aunque todavía hay quien no lo quiere entender, este último es persona non grata para el CEN del PRI y no será senador.
De hecho, Moreira y Miguel Osorio Chong, secretario de Operación Política, prefirieron encomendarle la zona de Puebla al ex gobernador de Sinaloa, Jesús Padilla, que recurrir a los “servicios” del tristemente célebre góber precioso.
De ese tamaño es el desprecio por quien hoy por hoy representa el peor y más oscuro rostro del PRI a nivel nacional, el rostro que ni Peña Nieto ni nadie quiere ver en la campaña 2012.
¿Así o más claro?
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Jesús Padilla vendrá a reforzar el deficiente trabajo de Juan Carlos Lastiri y del todavía delegado general Ranulfo Márquez Hernández, quien una vez que cumpla su ciclo (y no falta mucho) se marchará de Puebla para -diría Marín- ir a enchinchar a otra parte.