Vaya embarrada la que le puso el sábado Andrés Manuel López Obrador al gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, durante su cierre de campaña en Puebla en el estadio de beisbol “Hermanos Serdán”, ante unos 30 mil seguidores –según los organizadores-.
Y es que ahí, en público y casi a grito pelado –como para que se escuchara bien y clarito-, el candidato de las izquierdas dijo tener información de una reunión de gobernadores con el aspirante del PRI, a la que habría acudido el de Puebla, para canalizar dinero público hacia la campaña del mexiquense el próximo 1 de julio, mediante lo que él mismo bautizó como la “Operación Maletas”.
“Hay una alianza con el PRI aquí en Puebla, desde el gobierno del estado”, denunció -obviamente sin pruebas (¿cómo podría haberlas?)-.
“Ahora sí que ojalá y se aclare porque tengo información de que se llevó a cabo una reunión con gobernadores, ahora sí que con el nerviosismo que hay, con Peña porque como se va cayendo, va en picada, se reunieron con urgencia”, dijo Andrés Manuel López Obrador, quien, ya encarrerado, agregó:
“Y tengo información, que a lo mejor no es correcta, pero no está de más que se aclare, de que el gobernador de aquí (RMV) asistió a esa reunión con Peña y con gobernadores del PRI”.
En esa supuesta reunión, afirmó López Obrador, los gobernadores se estarían poniendo de acuerdo para canalizar dinero público hacia la campaña priísta con la intención de comprar el voto.
AMLO no ofreció detalles sobre los supuestos participantes de la “Operación Maletas”, ni dijo cuándo y dónde ocurrió el supuesto cónclave secreto, pero eso sí, advirtió que ya giró instrucciones para que sus representantes le pidan al IFE que vigile las cuentas bancarias de los Ejecutivos estatales.
Y es que, reiteró, “ahora viene la “Operación Maletas” porque en su desesperación van a querer comprar los votos” (sic).
El candidato del PT, Movimiento Ciudadano y PRD –estos dos últimos partidos participaron en la alianza que en 2010 tuvo como su candidato a la gubernatura de Puebla a Rafael Moreno Valle- solicitó que el IFE, en el marco de sus facultades, pida a las autoridades correspondientes que le den seguimiento a toda la salida de dinero en efectivo de los bancos, “sobre todo que se dé seguimiento a las cuentas de los gobiernos del PRI porque en estas fechas van a sacar mucho dinero en efectivo”.
Desde el templete colocado en el “Hermanos Serdán”, como invitados especiales, estuvieron: Agustín Ortiz Pinchetti, Porfirio Muñoz Ledo, el ex gobernador y candidato a senador Manuel Bartlett Díaz y Beatriz (Betty) Gutiérrez Müeller, la esposa de AMLO.
Por cierto, Manuel Bartlett terminó de embarrar a Moreno Valle cuando confirmó la cercanía de éste con el PRI al recordar que, en términos reales, fue él quien puso al actual dirigente del tricolor en Puebla, Fernando Morales Martínez, hijo del ex gobernador Melquiades Morales Flores, uno de los aliados estratégicos de RMV para hacerse del poder en el estado en 2010.
Hay que decir que pese a las graves insinuaciones de López Obrador, hasta el domingo por la noche ninguna autoridad estatal había salido a desmentir al candidato de las izquierdas o a deslindar al gobernador poblano de Peña Nieto y, por ende, de la “Operación Maletas”.
A diferencia de otras ocasiones, cuando la réplica oficial ha sido inmediata y enérgica.
Como cuando, por ejemplo, el propio AMLO –también en Puebla- acusó que los poblanos habíamos pasado del góber precioso: Mario Marín, al góber caprichoso: RMV.
Sólo la candidata del PRI al Senado Lucero Saldaña y el dirigente estatal de Nueva Alianza, Gerardo Islas, salieron en defensa de Moreno Valle.
Islas exigió a López Obrador que si tiene pruebas de sus afirmaciones, las presente ante la Fepade, y aseguró que el gobernador de Puebla ha sido totalmente imparcial en el proceso electoral, a grado tal que su ejemplo deben seguirlo otros gobernadores, e incluso algunos presidentes municipales, que sí están volcados de lleno a favor de sus candidatos.
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Uno de los aspectos más lamentables del cierre de campaña de AMLO en Puebla el pasado sábado, y que muestra que el candidato del “cambio verdadero” también es un político como cualquier otro, es lo sucedido con los trabajadores sindicalizados del ayuntamiento de Puebla.
Resulta que con cuatro horas de anticipación, fueron obligados por su dirigente, el tristemente célebre Israel Pacheco Velázquez, a presentarse en los alrededores del estadio de beisbol para asistir al acto proselitista de López Obrador.
Los delegados sindicales les advirtieron que de ausentarse, recibirían castigos y sanciones que podrían ir desde multas económicas hasta el despido administrativo, todo ello con base al capricho de su “líder”.
Pero de esto que es verdaderamente penoso y anacrónico no quiso, ni quiere, enterarse AMLO, el candidato que en público se pronuncia y truena contra los líderes caciquiles, charros y corruptos de los sindicatos, al estilo Elba Esther Gordillo o Carlos Romero Deschamps, pero en privado se alía a sus imitadores para llenar sus mítines y distribuir su propaganda, como el señor Israel Pacheco.
Pero qué asquerosidad es esto, ¡eh!