Polvorín en el Cereso de Cholula

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Metidas en sus ambiciones de poder, poder y más poder, las autoridades estatales y municipales ni cuenta se han dado -o si se han dado cuenta no les importa- de la auténtica bomba de tiempo que amenaza con estallar oootra vez en el Centro de Readaptación Social de Cholula.

Sí, el mismo lugar donde en noviembre de 2011 se fugaron 11 reos apenas sin despeinarse.

Curiosamente, nadie ha informado al secretario de Seguridad Pública, Ardelio Vargas Fosado, o a la alcaldesa Dolores Parra Jiménez, sobre la rebelión silenciosa que se ha empezado a gestar en aquella cárcel municipal, con cargo a la natural inconformidad de los tres grupos de seguridad  y custodia, quienes siguen a la espera de la homologación de sus salarios con el personal de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, promesa que les fue hecha desde el inicio de la actual administración.

De igual forma,  en lo que va del actual gobierno, los custodios no han sido dotados de botas, uniformes, radios, linternas y mangas para protegerse de las inclemencias del tiempo, particularmente en estos momentos de lluvias.

Vaya, de armamento mejor ni hablamos, pues están trabajando con material completamente inservible y lo que sirve resulta que es equipo obsoleto.

Incluso entre los propios custodios bromean y dicen que en caso de un motín o una nueva fuga, tendrían que enfrentarse con los internos a mentadas, al fin y cabo que las mentadas también duelen, porque las autoridades tienen al Cereso en total abandono.

De ahí que la molestia crece, pues los custodios saben que para el sostenimiento del penal existe un convenio de aportación económica de 13 municipios de la región, recursos que administra el Ayuntamiento de San Pedro Cholula y que definitivamente no son aplicados ni en mejorar los salarios, ni en dotarlos de insumos para que puedan hacer bien su trabajo.

Esa es la razón por la que, sin exagerar, los inconformes en cualquier momento podrían estallar un paro de labores, con las consecuencias de inestabilidad y alteración al orden público en ese municipio, donde está claro que en lo que concierne a sus obligaciones, los responsables de garantizar la paz social duermen plácidamente en sus laureles, pero su ambición es la única que trabaja… trabaja  y trabaja.

gar_pro@hotmail.com

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