Audi: nada para nadie

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Aunque en León ya adelantan vísperas, la verdad es que aún no hay nada firme en torno a la sede mexicana de la planta de Audi, que forma parte del Grupo Volkswagen.

La pelea ha sido dura, y ruda, y como en toda guerra, en ella caben hasta los rumores y los golpes bajos.

Después de todo, no todos los días existe la posibilidad de atraer una inversión calculada en entre 700 y 800 millones de euros, que generaría miles de empleos y grandes opciones de crecimiento para sectores correlacionados con la industria automotriz.

Aunque en Guanajuato duela –y esto no nada tiene que ver con absurdos regionalismos, sino con un mero asunto de practicidad empresarial-, es Puebla quien, a la fecha, lleva la delantera en la negociación con el gigante alemán.

Y es que no sólo ya se han firmado cuantas cartas de intención se han puesto sobre la mesa, que comprometen al gobierno morenovallista a cumplir todas las necesidades de Audi –entre ellas el famoso seguro para en caso de erupción del Popo-, sino que empresas proveedoras, licitantes y trabajadores han sabido presentar los argumentos correctos al consorcio para lograr que éste finalmente se decante por Puebla.

De hecho, la mejor noticia hasta ahora es que los esfuerzos realizados no se han ido al vacío.

Ha habido correspondencia y reciprocidad.

Mientras el Sindicato de VW envió hace unos días estupendas señales sobre flexibilidad y estabilidad laboral al cerrar en tiempo récord la revisión contractual de este año, Audi ha entrado en contacto con universidades, colegios, presidentes municipales y hasta empresas del sector para dejar en claro quién lleva la ventaja en el proceso.

Por ejemplo: Gestramp, que fabrica partes metálicas para Volkswagen, ya recibió en las últimas semanas al menos cuatro visitas de directivos de la compañía con sede en Baviera para evaluar a la empresa como futura proveedora.

Eso, más la disponibilidad de mano de obra; la cercanía con Veracruz –que será puerto de entrada de muchos componentes que traerán de Alemania y también de salida, pues 80% de la producción será exportada vía marítima-; la ubicación de varias escuelas para la comunidad germana, y el hecho de que el gobierno estatal tenga el tema en el primer lugar de sus prioridades estratégicas, son algunos de los factores que ubican a Puebla con la mejor infraestructura para instalar la planta.

De cualquier forma, no hay –todavía- nada para nadie, y todo es posible.

Los días que corren serán decisivos, pues la negociación (a la que no le sobraría un poco de suerte) está ya en la recta final.

Será a mediados o finales de septiembre cuando se dé a conocer de forma oficial, y definitiva, al estado ganador.

No antes, no después.

Y es que del plato a la boca…

gar_pro@hotmail.com

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