¿POR QUÉ OTRA VEZ CITELUM?

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Polvo, mucho polvo ha levantado el fallo de la licitación CMA-SMASP-LP-005/2014 para el servicio de alumbrado en Puebla capital. Y es que otra vez, como en trienios anteriores, la poderosa empresa Citelum México S.A. de C.V. ganó el concurso, esta ocasión por un monto de 667 millones 945 mil 512 pesos, para el periodo comprendido entre el 1 de julio de 2014 al 14 de octubre de 2018. En medio del ruido –motivado por intereses políticos, electoreros y económicos-, sin embargo, se han perdido de vista los aspectos de fondo de la decisión tomada por el Comité Municipal de Adjudicaciones del gobierno encabezado por el alcalde Tony Gali Fayad.

Punto por punto, como se desprende del comparativo que aquí se publica, los beneficios y las diferencias son notables –y en varios rubros abismales- entre el contrato actual con Citelum y el que firmó, por ejemplo, la pasada administración, la del panista Eduardo Rivera Pérez; ya ni se diga con aquellos que signaron los ex ediles Luis Paredes Moctezuma y Blanca Alcalá Ruiz, ambos también decantados por ésta, la empresa líder en México en generar soluciones integrales para la gestión de servicios públicos.


En su infinita ignorancia e hipocresía, personajes como el priísta Pablo Fernández del Campo, “el muerto que camina”, han intentado cuestionar el monto del nuevo contrato con Citelum, sin tomarse la molestia de al menos revisar los aspectos centrales del mismo y el impacto que las nuevas disposiciones en materia de modernización, renovación y mantenimiento del alumbrado público tendrán para miles y miles de capitalinos. Los “agoreros del desastre” están en busca de banderas electoreras que justifiquen su “chamba” y para ello cualquier pretexto es bueno. Ojalá hubieran levantado la voz con la misma firmeza cuando su correligionaria, la hoy senadora Blanca Alcalá, cerró tratos con la firma de origen francés.

De acuerdo con el contrato con vigencia hasta el 2018, Citelum está obligada a colocar 20 mil nuevas luminarias en toda la ciudad –la mitad en el primer año del gobierno de Tony Gali-, como parte del compromiso número 3 de campaña del presidente municipal, certificado ante notario público, y del proyecto “Ciudad de la Luz”.

También deberá reparar los 83 mil puntos de luz que actualmente existen en la capital y hacer el cambio de luz amarilla a luz blanca, con tecnología de inducción magnética.

Actualmente –y este es un dato duro incontestable-, el ayuntamiento paga casi 12 millones de pesos mensuales a la Comisión Federal de Electricidad, pero con las citadas acciones, se registrará una reducción del 40% al 45% en el pago de la luz.

Otro aspecto importante es que, a diferencia de la pasada administración, no se comprometieron recursos adicionales a los de la actual gestión, que en este caso, por primera y única vez, tendrá una duración de 4 años y 8 meses.

De la misma forma hay que decir que el contrato ya incluye el servicio de instalación y mantenimiento de luminarias ornamentales de temporada –festejos patrios y Navidad y fin de año- de todo el municipio, durante todo ese tiempo.

El ahorro y las ventajas son evidentes. Y sólo la “mala leche”, o un desbordado interés particular, impiden verlo y apreciarlo.

Con Citelum trabajan los gobiernos del Distrito Federal; Nevers, Francia; Londres, Inglaterra; Barcelona, España; Praga, República Checa; Fortaleza, Brasil, y Madrid, España, entre muchos otros, por lo que guste o no, es garantía.

No por nada, de las seis compañías que concursaron este año para hacerse del megacontrato de la ciudad de Puebla –el sexto desde 2003-, cinco no se presentaron a la segunda etapa o a la postre desistieron de la licitación.

¿Así o más claro?

gar_pro@hotmail.com

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