LOS PINGÜES NEGOCIOS DEL “NIÑO NARANJA”

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Independientemente de su desmemoria y de su bipolaridad política, de la que aquí hemos dado cuenta con pelos y señales, tal parece que el presidente municipal de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa Torres, también conocido como “El Niño Naranja”, ya está instalado en la ruta de la esquizofrenia. Esquizofrenia política, cabe subrayar, por fiebre electoral y hambre de dinero.

Esta es la única explicación posible para tratar de entender lo que está pasando, en especial por la forma en que está jugando con el poder el alcalde, el mismo que no aprendió la lección de su antecesora, la panista Dolores Parra, y en su afán de hacer negocios personales con el cargo no deja títere con cabeza; ¡vaya!, no perdona ni siquiera al Cereso Regional, localizado en el municipio que gobierna bajo los colores del Partido Movimiento Ciudadano.

Por tal motivo, para hacerse del control del penal, colocó a uno de sus incondicionales, de nombre Rodolfo Rivera Zahuita, al que nombró Sub Director Administrativo, a través del cual controla el principal negocio del reclusorio: la compra y venta de víveres para alimentar diariamente a la población penitenciaria, que ya supera la cifra de los 700 reclusos; pero además también pasa por sus manos el cobro de privilegios a los internos que lo pueden pagar, así como la renta de televisores, películas y reproductores de DVD´s.

Pero tan rápido captó las indicaciones de su patrón, que en muy poco tiempo Rivera Zahuita logró hacerse del control del tráfico de licor y de estupefacientes al interior del Cereso, lo cual ha sido divulgado en numerosas ocasiones en medios de comunicación de ese municipio, sin que el edil cholulteca haya hecho algún intento de sancionarlo, ya no digamos por el indebido proceder, sino por el descaro y el cinismo con el que se mueve su empleado.

Pero el colmo de todos los colmos fue cuando el susodicho funcionario, en aras de recabar mayores utilidades para su amo el presidente municipal, tuvo la genial ocurrencia de obligar a prostituir a cuatro reclusas de nacionalidad colombiana, de nombres Karen Wilches Parra, María Nubia Galindo, Lorena Leidi Vargas y Elisa Aidee González Ballesteros, situación que es del dominio público, sin que el alcalde -que jura y perjura que gobierna mejor- se inmute.

¿Hasta dónde llegará la ambición de José Juan Espinosa Torres en su afán de llenarse los bolsillos con dinero sucio del reclusorio?

¿Acaso no recuerda que precisamente por la voracidad de la pasada administración municipal, de solo ver el Cereso como un botín, se relajaron las medidas de seguridad a grado tal que se les fugaron 11 reos considerados de alta peligrosidad, pues las autoridades estaban más entretenidas y preocupadas por el negocio, que por la operación y la vigilancia del penal?

¿Todavía nadie le ha dicho al “Niño Naranja” que jugar con el poder es jugar con fuego?

***
Por cierto, una trivia:

¿Qué presidente municipal del estado de Puebla va de mesa en mesa, de café en café, presumiendo que él, a diferencia de los principales integrantes del grupo del gobernador Rafael Moreno Valle, sí es “un hombre normal” (sic) y sin “gustos raros” (resic)?

Tres pistas:

1) Su esposa es candidata a diputada federal.

2) Tiene a más de tres parientes en la nómina del ayuntamiento.

3) Se cree tan valiente que incluso lo ha escrito a través de WhatsApp.

gar_pro@hotmail.com

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