EL -8 DE LÓPEZ OBRADOR Y LA TEORÍA DEL MENOS MALO DE TODOS

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Más que interesante el ejercicio demoscópico realizado en la primera quincena del pasado mes de septiembre por la reconocida empresa Demotecnia, que encabeza Rodrigo Galván, el hijo de la fallecida María de las Heras, sobre la carrera rumbo a la Presidencia de México en 2018.

Interesante porque, entre otras cosas, revela que todos, absolutamente todos los que han levantado la mano -o han sido mencionados por la prensa- como potenciales aspirantes, incluso el endiosado “independiente” Jaime Rodríguez “El Bronco”, están reprobados por los ciudadanos.

El caso que más llama la atención es el del dueño de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien no por ser el más conocido, es considerado el mejor para llegar a Los Pinos.

AMLO alcanza 95 por ciento de conocimiento porque lleva al menos dos sexenios en campaña y una exposición permanente en los medios, pero es el que tiene más negativos.

De hecho, en el balance final aparece en el último lugar de la lista de los “presidenciables”, con un registro de -8, resultado de un 18 por ciento de mexicanos a los que sí les gustaría que fuera presidente y un 26 por ciento de mexicanos a los que no les gustaría que fuera presidente.

Llama la atención que, en el ejercicio de Demotecnia, los que salieron con mejor balance entre positivos y negativos fueron tres: el gobernador del DF, el perredista Miguel Ángel Mancera (7 por ciento); el gobernador de Nuevo León –que este domingo tomó posesión-, Jaime Rodríguez (5 por ciento), y el dirigente del PAN, Ricardo Anaya (5 por ciento).

Les siguen la esposa del ex presidente Felipe Calderón, Margarita Zavala (3 por ciento); el líder del PRI, Manlio Fabio Beltrones (3 por ciento); el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle (1 por ciento), y el diputado federal Gustavo Madero (1 por ciento).

Aurelio Nuño, Manuel Velasco, Jorge Castañeda, Miguel Ángel Osorio Chong, Marcelo Ebrard y Luis Videgaray presentan un balance final desfavorable, aunque no como el de López Obrador, el “rey” de los negativos”.

Como bien dice el director de Demotecnia, en realidad a la fecha no hay un candidato puntero, un aspirante lo suficientemente fuerte hacia el 2018, y el que diga lo contrario, o vive en otro planeta o cree que los ciudadanos son estúpidos.

En general, los mexicanos no están viendo con buenos ojos a ninguno –subrayo: a ninguno- de los que suenan para la Presidencia, sin importar el partido al que pertenecen o si son “independientes”.

No existe un Enrique Peña Nieto, quien hace seis años, a estas alturas de la carrera, con todo y sus múltiples defectos, ya se veía como claro favorito, casi inalcanzable, como luego, en 2012, se confirmaría en las urnas.

Hoy, de cara a la sucesión en Los Pinos, cualquiera ha levantado la mano y la bandera es: “Yo soy el menos malo de todos”.

Viendo los números –algunos de risa- que traen los suspirantes, pareciera que la carrera la va a ganar el que convenza a la nación que va a robar menos, el que diga que va a hacer menos tarugadas, el que garantice que no va hacer tan mal las cosas.

Triste y dolorosa, pero es la realidad.

Hete aquí otras dos gráficas más de la encuesta, realizada el pasado 17 de septiembre con base en 500 entrevistas a personas mayores de 18 años, con el 95 por ciento de confianza y un error estadístico máximo de +/- 4.5 por ciento:

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gar_pro@hotmail.com

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