LA TRAICIÓN DEL PARTIDO ENCUENTRO SOCIAL (PES)

PARTIDO ENCUENTRO SOCIAL

Justo un par de días antes de que se diera a conocer que el Partido Encuentro Social irá en candidatura común con la priísta Blanca Alcalá, en el búnker morenovallista se daba como un hecho consumado que el PES arroparía a Tony Gali Fayad bajo el mismo modelo de la candidatura común, sumando su (mucho o escaso) capital al abanderado de la alianza “Sigamos Adelante”, conformada por PAN, PANAL, PT, PSI y CCP.

De hecho, el anuncio en sentido contrario los tomó literalmente por sorpresa y representó un golpe a sus estimaciones electorales, pues desde hace tiempo estaban más que cerrados los acuerdos a nivel nacional e incluso era cuestión de horas para hacer público el arreglo entre Gali y esa fuerza política.

¿Qué pasó entre una cosa u otra? ¿Quién o quiénes intervinieron? ¿Quién convenció a quién? O más bien, ¿quién traicionó a quién?, son algunas de preguntas que quedaron en el aire, pero que tienen una respuesta.

La historia se remonta a meses atrás, cuando Tony Gali fungía todavía como presidente municipal de Puebla y silenciosamente venía construyendo sus alianzas con los representantes y actores de los grupos políticos interesados en acompañarlo en su proyecto rumbo a Casa Puebla.

Uno de esos actores con lo que amarró un sólido y amplio acuerdo fue el líder nacional del Partido Encuentro Social, Hugo Eric Flores Cervantes, quien personalmente, de principio a fin, llevó la negociación.

¿Qué pidió Flores Cervantes a cambio de que el PES fuera no en coalición pero sí en candidatura común con Tony Gali?

Sencillo: que el Cabildo de Puebla, mediante la intervención del alcalde capitalino, condonara el pago del impuesto predial y de limpia a las asociaciones religiosas registradas ante Gobernación y asentadas en la Angelópolis, especialmente aquellas vinculadas con el PES, franquicia que desde su origen se nutre precisamente del voto cristiano-evangélico.

Así pues, fueron alrededor de 200 las iglesias “sin fines de lucro” que quedaron exentas de cumplir con esas obligaciones para el ejercicio fiscal 2016, justamente el año electoral poblano.

Según una fuente bien informada, el PES y sus representados se ahorraron, y de un solo golpe, algo así como 7 millones de pesos, una cifra lo suficientemente poderosa como para no dudar de la palabra empeñada por Flores Cervantes.

De hecho, todavía en noviembre pasado un muy contento dirigente del Partido Encuentro Social vino a la ciudad de Puebla para reunirse con Gali y refrendar los acuerdos.

Tras sostener un encuentro privado con el alcalde, Flores Cervantes, acompañado del líder estatal del PES, Raúl Tenorio Barranco, ofreció una rueda de prensa en la que dejó entrever que en Puebla no apoyarían a un partido en específico, pero sí a una persona en lo particular, y mencionó por nombre y apellido al entonces presidente municipal.

Y para que no hubiera dudas, respecto al PRI, dijo que ninguno de los que aquellas fechas se mencionaban como aspirantes a la minigubernatura –Blanca Alcalá y Enrique Doger, especialmente-, era un “perfil destacado” al cual el PES podrían apoyar en el proceso electoral 2016.

¿Cómo fue entonces que el PES terminó apoyando a Blanca Alcalá en candidatura común?

La razón no se explica sino desde la traición, esa prima hermana de la ingratitud y que algunos han llevado hasta el límite, hasta convertirla en una más de las bellas malas artes del poder.

Ni Flores Cervantes ni Tenorio Barranco respetaron los acuerdos con Tony Gali y decidieron clavar el puñal que pusieron en sus manos tanto el senador Emilio Gamboa como el dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, quienes, a golpe de chequera –se habla de una cifra enorme-, devolvieron al morenovallismo la “cortesía” de haberles arrebatado tanto al Partido Nueva Alianza como al Partido del Trabajo, que el tricolor –como se sabe- ya daba por seguros para su causa y que también sorpresivamente terminaron sumados a la coalición encabezada por el PAN.

Ya ni siquiera pudo intervenir el secretario de Gobernación y aliado natural del morenovallismo, Miguel Ángel Osorio Chong, por conducto de Alejandro González Murillo, secretario general del PES a nivel nacional y sobrino del ex procurador Jesús Murillo, uno de los distinguidos integrantes del Grupo Hidalgo encabezado por el citado Osorio Chong.

Cuentan que hace unos días, en plena Semana Santa, intentando tal vez expiar sus culpas, a nombre de Flores Cervantes, Tenorio Barranco intentó entrar en comunicación con Tony Galipara ofrecerle una explicación”, pero no fue –ni será- atendido, porque con los traidores, ni a la esquina.

En el búnker galicista hacen un corte de caja, lo asumen como un saldo de guerra, y ven que con o sin el PES, llevan la delantera, misma que tratarán de mantener durante las campañas y consolidar el próximo 5 de junio.

gar_pro@hotmail.com

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