ROXANA LUNA, LA MERCADER DEL ENCONO

ELECCIONES . ROXANA LUNA

Hace apenas ocho años, su nombre no significaba nada para los poblanos ni para los perredistas, más allá de la referencia de aquella muchacha llena de entusiasmo y ambición que colgaba pendones, llevaba los tamales y encabezaba las porras en la corriente Alternativa Democrática Nacional (ADN) del Partido de la Revolución Democrática (PRD), cuyo bastión está en la zona oriente del Estado de México y su presencia en otros estados es muy incipiente.

Con una trayectoria construida de botepronto, más estridente que sólida, y utilizando el odio y el encono contra las autoridades democráticamente electas como divisa y escalón, Roxana Luna Porquillo es hoy la candidata del PRD, de una mínima parte de ese partido, a la minigubernatura.

Una mujer improvisada, que merca con las tragedias, las protestas callejeras, los conflictos sociales y los “presos políticos”.

Ella, una joven cholulteca -de San Pedro- egresada de Derecho en la BUAP, litigante sin brillo, comenzó a figurar en 2007, gracias a su cercanía afectiva con el patriarca de esa tribu perredista, el ex diputado federal, ex alcalde de Ciudad Nezahualcóyotl y ex senador, a la postre, Héctor Miguel Bautista López.

Fue después de 2007 cuando por primera vez Roxana Luna fue tomada en cuenta por su partido y ocupó la Subsecretaría de Derechos Humanos y Pueblos Indígenas. De la mano de Bautista, comenzó un ascenso meteórico, pero sin bases suficientes, como siempre ocurre cuando se tiene un padrino poderoso.

Fundó en 2008 el Movimiento “Los de Abajo”, con su hermano Vladimir, comparsa de sus aventuras políticas. Esa asociación, con escasos militantes y más de pancarta que genuina, nació como un organismo clientelar, para obtener obras, dinero y programas.

Esa organización tiene, por ejemplo, una pelea, literalmente a muerte, con el Movimiento Antorchista, en la región del municipio de Santa Clara Ocoyucan -único lugar en el que tiene presencia-, en donde por cierto está la junta auxiliar de San Bernardino Chalchihuapan, estandarte que utilizó Roxana para golpear a la administración estatal y del que luego fue expulsada por los propios habitantes de ese poblado tristemente marcado por la muerte del menor de edad José Luis Tehuatlie.

Roxana Luna luego fue ocupando otras posiciones sin mucho peso en el PRD, siempre de la mano de Héctor Bautista, cuyo segundo de abordo, el senador Luis Sánchez Jiménez, hace el acompañamiento diario a la ex diputada federal en campaña.

Roxana simula ser una luchadora social, pero en realidad es un mercader del encono. Donde hay conflicto ella aparece y lucra. En Chalchihuapan, fueron ella y su hermano Vladimir quienes azuzaron a la gente y buena parte de los terribles saldos son responsabilidad de ellos, de “Los de Abajo” y de ADN.

En Canoa, buscó tomar las decisiones de los pobladores y de los familiares del ex presidente auxiliar destituido. Los utilizó para lucirse en conferencias de prensa, entrevistas y en la tribuna de la Cámara baja, en la pasada LXII Legislatura.

En uno y otro lugar, terminó siendo expulsada por su protagonismo, porque los verdaderos actores políticos y sociales de los conflictos advirtieron que eran burdamente utilizados para satisfacer agendas privadas e impulsar proyectos políticos personales.

Roxana Luna hace hoy una campaña a la minigubernatura con propuestas desorbitadas y sin sustento en la realidad, sin posibilidad de ganar más allá de 4 o 5 por ciento de los votos.

Maestra del “descontón”, lideresa de los “Rafafóbicos”, protagonista de una campaña con recursos económicos, con tufo tricolor, que nunca se habían visto para un abanderado perredista en Puebla, la respalda su corriente ADN, porque busca impedir que Morena y su gris candidato la dejen en ridículo, y porque ella y sus padrinos quieren incrementar su militancia y presencia en el estado de cara al 2018, cuando Roxana tendría garantizada por lo menos la Senaduría plurinominal.

Lo suyo es utilizar a la gente, lucrar con la esperanza, falsificar la lucha social.

Y en esas anda… Con escobas, recogedores, cacerolas, piñatas, “monumentos” de cartón y patéticas puestas en escena que no son sino un resumen de la falta de ideas y de la carencia de una verdadera propuesta de izquierda, que rompa el bipartidismo que tristemente ha vivido Puebla por décadas.

gar_pro@hotmail.com

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