PROSPERA EN PUEBLA, AHORA A LAS ÓRDENES DE LÓPEZ OBRADOR

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Conocedores de los entretelones de la llegada de José Juan Espinosa Torres al Partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), cuentan que para terminar de convencer a Andrés Manuel López Obrador y sus secuaces, el edil de San Pedro Cholula y ex militante de Movimiento Ciudadano les hizo varias y muy jugosas ofertas, en especial una muy pero muy difícil de rechazar.

Espinosa Torres les garantizó que Prospera, el programa estrella del gobierno federal para lucrar, perdón, contrarrestar la pobreza del país, operará desde ahora para su inminente (y tercera) candidatura presidencial, usando política y electoralmente los padrones de los miles de beneficiarios pero ahora no a favor del creador del programa, el presidente Enrique Peña Nieto, y mucho menos de su partido, el PRI, sino para el habilidoso dueño de MORENA.

La nueva y flamante adquisición de MORENA aseguró a López Obrador ser capaz de controlar a Prospera a través de la delegada María Guadalupe Graciela Juárez García, comadre de su señora esposa, la ex diputada local Nancy de la Sierra, quien precisamente estuvo al frente de ese programa en Puebla al inicio del sexenio peñista y al dejar el cargo, para buscar sin éxito una diputación federal, se lo heredó a la citada Juárez García.

Para ingresar a MORENA, Espinosa Torres negoció todo un paquete: posiciones en el ayuntamiento de San Pedro Cholula, recursos económicos suficientes para el sostenimiento y crecimiento del partido, multiplicar el padrón de militantes en Puebla, Cholula y Atlixco –empezando con la afiliación de todos sus operadores e integrantes de su equipo, y –ahora se sabe- poner a sus órdenes a Prospera, una auténtica maquinaria a la caza de los votos de los pobres, pobres que ahora van a saber que los apoyos para educación, salud y alimentación no se los manda Peña Nieto, sino López Obrador.

Por eso, y más, Espinosa Torres no sólo se asume ya como el virtual candidato de MORENA a la gubernatura de Puebla en 2018, pese a los berrinches del diputado Rodrigo Abdala y del dirigente estatal del Movimiento de Regeneración Nacional, Gabriel Biestro; el camaleónico y oportunista alcalde de San Pedro también ambiciona que tanto su esposa como la delegada de Prospera sean candidatas a diputadas federales por el partido de López Obrador, quien si no tuvo empacho en incorporar a sus filas a un represor y consumado enemigo de la democracia y los derechos civiles como el ex gobernador Manuel Bartlett, no se va a detener a la hora de “cachar” a los renglones torcidos del PRI, como los distinguidos integrantes del clan cholulteca.

Pero algo hay que subrayar: el caso Espinosa Torres no es aislado; de hecho, es sólo el inicio de una estrategia más amplia de AMLO –él mismo ex militante priísta- para reclutar a operadores, miembros y cuadros del tricolor que en 2018 le ayuden a competir al tú por tú al PRI a nivel nacional en la lucha por la Presidencia de la República; López Obrador sabe que con su simple voto duro, no le alcanza; requiere de esos liderazgos –y de sus mañas y dineros y estructuras- para no volver a fracasar como en 2006 y 2012.

Por eso, no son pocos los priístas o ex priístas que desde ahora están siendo tentados para aceptar candidaturas y sumarse a las filas de MORENA, el cual, por lo pronto, ya puede contar con Prospera, gracias a Espinosa Torres y a la delegada Graciela Juárez, quien por cierto en los últimos días ha dicho a sus allegados que sí, en efecto, ya no tiene caso seguir en el PRI –que “muy mal paga”- y que a ella nadie la puede mover pues su programa es “autónomo”, tan “autónomo” que no ha dudado en ponerlo ya al servicio del mejor postor… y en las narices del mismísimo gobierno federal.

gar_pro@hotmail.com

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