LA BUAP, ALFONSO ESPARZA, LA REELECCIÓN… UNA LECTURA POLÍTICA DEL SENSACIONAL TRIUNFO DE LOBOS

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La llegada de Lobos BUAP a la Primera División, luego de una dramática campaña que comenzó con muchas vicisitudes y pocas esperanzas, es reflejo del trabajo que ha venido realizando en varios frentes Alfonso Esparza Ortiz, el primer rector de las últimas tres décadas que se ha mantenido hasta hoy sordo al canto de las sirenas que seducen para la búsqueda de cargos públicos. Es, además, por la modestia de un equipo sin los multimillonarios recursos de otros clubes de la Liga de Ascenso MX y su esforzada entrega en la cancha, un bálsamo para sus seguidores, que coloca a los universitarios en disputa del corazón de los aficionados con el Puebla de la Franja. Las lecturas de la victoria ante Dorados de Sinaloa son deportivas, pasionales, pero también políticas.

De por sí era inexorable la reelección de Esparza en octubre próximo, para un segundo periodo formal de cuatro años como rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

Ahora el sensacional –por inesperado y grandioso- triunfo de Lobos le da el empujón que faltaba para terminar de convencer a los escépticos y a los dubitativos.

Pocos en realidad.

Aunque evidentemente los protagonistas son los jugadores y el cuerpo técnico, el rector se lleva una buena porción de ese logro.

Jugó desde las decisiones administrativas y no temió riesgos.

Las cosas se han hecho bien.

Alfonso Esparza supo cuándo debe meter mano directamente y cuándo delegar a los especialistas.

El prudente rechazo al protagonismo desde la silla rectoral y el trabajo eficiente a través de un patronato dio resultados.

Esparza Ortiz ha sabido mantenerse cauteloso también en la cancha política.

Ha cuidado a la máxima casa de estudios del estado.

Ha sabido trabajar con el gobierno del estado.

Antes con Rafael Moreno Valle y ahora con Tony Gali.

Sin regateos se ocupa de lo suyo sin caer en la tentación que llevó a los Enriques (Agüera y Doger) a percudir la imagen académica y contaminar -como en alguna medida lo hizo también José Doger Corte- la vida universitaria con su militancia priísta.

Con sus aspiraciones y saltos a cargos y candidaturas desde la plataforma universitaria.

Debilitaron la pluralidad de la vida en las aulas y en los órganos universitarios.

Entre bromas y en serio, colocaron a la BUAP como “el cuarto sector del PRI”.

Y desde ahí construyeron carreras políticas.

El mayor fracaso y descaro fue de Agüera.

Con todo y errores, la universidad ha ido recobrando su lugar en las aulas, en la dinámica estudiantil, en sus espacios docentes y de su normalidad laboral.

Ahora, con el triunfo deportivo, la BUAP se coloca en el selecto grupo de casas de estudios superiores cuyos equipos de futbol están o han estado en el máximo circuito.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es la más clara expresión.

Sigue vigente y será, junto con la BUAP, las únicas dos universidades con ese privilegio conseguido por Lobos, con garra y a contracorriente.

Sí, los jugadores sudaron la camiseta y se entregaron en el campo.

Pasión y constancia.

El técnico debutante Rafael Puente del Río, de 38 años, demostró inteligencia y templanza, a pesar de su supuesta inexperiencia.

El patronato, en el que participa como vicepresidenta Luz Esparza, hija del rector, fue eficaz.

Sí, pero Alfonso Esparza, desde su responsabilidad, también metió goles.

Unos administrativos, otros como motivador y líder y otros políticos.

Viene un nuevo reto.

Uno correspondiente a un equipo de primera en una institución de primera.

En la transmisión por TV del cardiaco juego por el ascenso, un comentarista preguntó al rector poblano si no le asustaba la Liga MX y todas las “transas” que hay a ese nivel del futbol mexicano.

Él, sereno, respondió:

“Ya iremos aprendiendo. Tenemos mucha experiencia. Nuestra institución es una gran institución. Son más de 80 mil estudiantes, casi 10 mil académicos y no académicos, así es que no nos asustan los retos, pero sí tenemos que prepararnos para estar jugando en esta división”.

El tiempo le pasará un marcador que se ve, hoy mismo, ampliamente a su favor.

La rectoría también jugó.

Y ganó.

Le pese a quien le pese en éste, nuestro perenne “Club de Cuervos”.

MARTHA ÉRIKA CON JOSEFINA

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En un gesto que sin duda busca la reafirmación del apoyo del PAN de Puebla a Josefina Vázquez Mota, este sábado Martha Érika Alonso de Moreno Valle estuvo con la candidata en el Estado de México.

Luego de tantas versiones de un enfrentamiento entre el ex gobernador y la ex candidata presidencial, la visita de la secretaria general del Comité Directivo Estatal ayuda a limar asperezas.

La visita además se dio en el momento de mayor decadencia de sus posibilidades.

En medio de la versión de que habrá una declinación por el perredista Juan Zepeda.

Justo cuando el barco se hunde y las ilusiones panistas en tierras mexiquenses van camino al cementerio.

Fue un buen momento para su presencia con otras militantes panistas poblanas en Cuautitlán Izcalli.

Josefina la recibió con muestras públicas de cariño.

Hubo abrazos y halagos mutuos.

Caminaron hombro con hombro.

Esa imagen, con papeles cambiados, podría reeditarse en 2018.

Una como candidata, ahora; la otra, apoyando.

Armonía total en el Estado de México en la visita de Martha Érika.

Un ánimo cálido y fraterno.

Muy distinto a lo que está ocurriendo en el grupo de trabajo de la candidata.

Equipo en el que no da pie con bola el ex alcalde e impoluto Eduardo Rivera Pérez, pero ésa, ésa es otra historia.

gar_pro@hotmail.com

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