CRUDA POSELECTORAL: LA GUERRA CIVIL EN EL PAN

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La guerra interna del Partido Acción Nacional (PAN) por la candidatura presidencial de 2018 comenzó de lleno la noche del pasado domingo, tan adelantada como visceral y beligerante, con la amenaza de que habrá caídos, furia y lumbre, de la mano de una grave escisión que puede costar a los panistas el sueño de regresar a Los Pinos. Margarita Zavala Gómez del Campo, esposa del ex presidente Felipe Calderón, fue la primera que abrió fuego, inmisericorde y con afilado rencor contra Ricardo Anaya Cortés, el aún presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) panista y también aspirante presidencial.

En la cruda poselectoral que han dejado los comicios en el Estado de México, Nayarit, Coahuila y Veracruz, lo acribilló en una carta abierta camuflada de artículo en el periódico El Universal y también en entrevistas con distintos medios de comunicación.

No tuvo contemplaciones y lo tundió con una cascada de adjetivos:

Lo tildó de tramposo, entregado, simulador y mentiroso.

Como nunca antes, Zavala lo acusó de atacarla y de estar distraído en su carrera en busca de la postulación a la Presidencia de la República, antes que en su responsabilidad como jefe del panismo.

De ahí las fallas y la “estrepitosa” derrota en el Estado de México, aseguró.

En la retórica de Margarita Zavala no hubo ni perdón ni olvido para los altos pecados del joven y ambicioso queretano.

La ex primera dama dejó ver en los renglones de su epístola que en su estrategia irá primero por la cabeza de Ricardo Anaya.

Su otro contrincante, el poblano Rafael Moreno Valle, pareciera no ocuparla por ahora.

Sin embargo, el poblano también trae estrategia.

Apuntala la posibilidad de una alianza amplia, y el triunfo en Nayarit, donde operó con toda su burbuja, es la “punta de lanza sobre lo que significa construir un proyecto de cambio donde se fusionaron distintas fuerzas”.

Moreno Valle lleva agua a su molino.

Y trae ejemplos de lo que sí conviene y lo que no.

“El Estado de México es un ejemplo de lo que no se debe hacer. Si se hubieran hecho alianzas estaríamos festejando una victoria y no lamentando esta derrota”, dijo con palabras que también dejan costras en Anaya.

¿Más claro?

Y en tanto, Margarita Zavala culpa a Anaya de negociar con el PRI-Gobierno.

De pactar en lo oscurito en Los Pinos.

De renunciar a ser oposición real.

De amenazar a los suyos.

De usar al PAN y a sus recursos en su propia cruzada y aspiración.

De ser juez y parte en un proceso interno ya viciado de origen.

De paso, le reprocha jugar a las alianzas y esa crítica roza de reojo a Moreno Valle, el tercer presidenciable panista e impulsor de una gran coalición con la meta de frenar a Andrés Manuel López Obrador.

Sobre Anaya, la panista tiene mucha razón.

Sin embargo, pareciera que muy anticipadamente ha abierto la caja de las tempestades y ha desatado una gesta que puede ser fratricida para el PAN.

En la lluvia cáustica de acusaciones que Margarita Zavala le lanzó a su jefe de partido, le reprocha la ausencia del piso parejo en la contienda interna.

Exige que le respete su aspiración en la que lleva dos años trabajando.

Lo emplaza altaneramente a que el PAN defina abanderado o candidata presidencial en un mes.

Lo desafía.

Lo increpa.

Metafórica, que no literalmente, lo reta a duelo con bofetada sonora.

“Ricardo Anaya es responsable directo de la derrota del PAN en el Edomex. Él sacrificó las posibilidades de éxito del partido pensando sólo en sí mismo y en sus ambiciones. En vez de estar al 100% concentrado en apoyar a la candidata, siguió usando su puesto para acaparar spots, concentrar recursos y jugar a las alianzas rumbo al 2018 (…) Por eso, hoy le exijo a Ricardo Anaya que se comporte a la altura de lo que necesitan el PAN y el país. Le exijo que el PAN defina candidato a más tardar en un mes, a través de un método limpio y justo”, demandó Margarita Zavala.

Pero, conociendo al escurridizo Anaya, su emplazamiento no será atendido.

Ni siquiera ha comenzado el proceso.

Para octubre faltan cinco meses.

Lo que sí inició es la guerra a sangre, furia y lumbre por la candidatura presidencial del PAN.

Por aparecer en la boleta de 2018 representando al panismo.

O a lo que quede de él, tras esta auténtica guerra civil, que va a dejar muchos muertos y múltiples damnificados.

¿O me equivoco?

gar_pro@hotmail.com

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