MEADE EN PUEBLA Y EL FUERTE AROMA A CANDIDATO

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Comenzaba agosto de 2016. El PRI y su candidata derrotada a la gubernatura, Blanca Alcalá Ruiz, se lamían las heridas que supuraban hiel, cuando el entonces secretario de Desarrollo Social (Sedesol) del gobierno federal, José Antonio Meade Kuribreña -que cumplía casi un año en ese cargo-, vino a Puebla en el contexto de la supervisión de apoyos para los damnificados por la tormenta tropical Earl en la Sierra Norte. En su gira, encontró un espacio para reunirse en privado con la cúpula priísta estatal, en un encuentro que encabezaron la propia senadora, quien en esos días vivía momentos de depresión, y el diputado federal y dirigente del partido, Jorge Estefan Chidiac, además miembro de ese grupo político nacional. En esa reunión, Meade, quien hoy está en la ruta de liberarse de las cadenas estatutarias que le impiden aspirar formalmente a la candidatura a Los Pinos en el Revolucionario Institucional, se destapó y pidió el apoyo de los tricolores poblanos.

Este miércoles, Meade volvió a Puebla para lanzar con el gobierno estatal un programa de inclusión laboral a través de Prospera, ahora como titular de Hacienda y Crédito Público (SHCP), pero con la misma meta política.

La presencia del poderoso secretario -que tiene lugar en el gabinete desde el pasado sexenio- convocó a todos los priístas que pudieron acercarse a él: legisladores, delegados, fans y las y los políticos de Facebook, que solamente publican fotos al lado de los “famosos”, para simular una relación de afecto con ellos.

Todos pasaron lista con quien, desde muchas señales, se ve como el más serio aspirante a la candidatura presidencial, junto con el titular de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

En el acto también se evidenció una excelente relación del titular de la SHCP con el gobernador Tony Gali, quien goza derecho de picaporte para gestionar recursos.

Inevitablemente, los ecos de la reunión de hace casi un año, retumbaron en el recuerdo y el ánimo de los tricolores.

En aquella ocasión, nos confía una fuente que tuvo acceso a los pormenores, José Antonio Meade dijo que estaba en el esfuerzo de convertirse en candidato.

Su posición como titular de la Sedesol lo ubicaba además como aspirante natural.

Había ya en ese momento una incipiente campaña en redes y operación en medios nacionales para posicionarlo.

A los convidados a aquel encuentro -en el que Jorge Estefan presumió su relación con el secretario, Meade Kuribreña- soltó también su intención de echar a Juan Manuel Vega Rayet de la Delegación de la dependencia en Puebla, así como a la encargada del Programa Prospera, Graciela Juárez García.

El primero no fue removido por la protección que le brinda su añeja relación con Osorio Chong.

La segunda salvó la cabeza, porque Meade dejó la Sedesol muy pronto.

La ruta que había emprendido quien fue titular de Energía y de la misma Secretaría de Hacienda con Felipe Calderón, tuvo que hacer una pausa.

Meade se vio obligado a dejar la Sedesol un año y 11 días después de rendir protesta al cargo, para asumir la titularidad de Hacienda, ante la defenestración súbita de Luis Videgaray Caso, hoy canciller y nuevamente fortalecido al interior de la cúpula del poder federal.

Ahora, los tiempos y las circunstancias nuevamente sonríen a un cada vez más sonriente José Antonio Meade.

El secretario es visto en el PRI ya con muchas posibilidades de convertirse en el “tapado” oficial, como se le llamaba en los años 70 y 80.

Estefan Chidiac se ha encargado de hacerle campaña entre los cuadros priístas poblanos y de otros estados.

Sus positivos -así comienza a escucharse cada vez más de boca en boca entre ellos-, parte de la base que tiene un perfil ciudadano.

Un abanderado así podría ser la solución para el grave problema de rechazo que, como marca política, tiene el tricolor en todo el país.

Este miércoles en Puebla, por el desbordado interés que mostraron los priístas a su visita, la cuarta en menos de seis meses, pareciera que la línea va por ahí.

El próximo 12 de agosto en la Ciudad de México, el pleno de la XXII Asamblea Nacional del PRI aprobará el dictamen que, desde la Mesa de Estatutos en Campeche, se redactará para quitar los candados de militancia y méritos partidistas que impiden a Meade aspirar formalmente a la candidatura presidencial.

Será una cruenta batalla con las huestes de Osorio Chong y de Manlio Fabio Beltrones tal vez, pero de sortearla con éxito, a partir de ese día, ya todo lo que José Antonio Meade haga tendrá sabor a destape.

Por lo pronto, en Puebla el aroma que exudó fue de abanderado.

Y todos, hasta los morenogalicistas –sus amigos, en su mayoría-, se dieron cuenta.

gar_pro@hotmail.com

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