EL COVID-19 Y SU INDESEABLE CONTAGIO DE PSICOSIS

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Muy temprano en Puebla, nos ha venido el contagio de la psicosis. Sin generalizar, hay en algunos sectores una adelantada crisis que se refleja en las compras de pánico y en la atención a rumores, antes que a las fuentes confiables de información. Hay quienes ven a nuestro estado y a su capital como el epicentro de la pandemia. Por supuesto, en nada ha contribuido la indolencia del gobierno federal y la actuación irresponsable del Presidente de la República. Sin embargo, estamos a tiempo de reflexionar y de ver las cosas más en prospectiva: la pandemia en el país durará 12 semanas o más y, para enfrentarla, hay que administrarnos, económica, social y anímicamente. Más casos en Puebla se han comenzado a conocer de propia boca de los afectados y hay acciones en torno a ellos, desde los ámbitos oficial y privado. Tomemos conciencia, pero también mantengamos la calma.

Hasta el corte de la noche de este martes, la Secretaría de Salud confirmó 93 casos en México.

El crecimiento geométrico, al menos en el recuento oficial, se detuvo.

Por ahora.

Por este día.

El incremento es lineal, de 11 casos más, respecto de los 82 que se reportaron la noche del lunes.

Sin embargo, preocupa el aumento de casos sospechosos: 206 a este martes, 31 más que el lunes.

En Puebla, hasta la tarde del martes se confirmó que hay nueve.

Pero se considera que son más.

De boca en boca, entre confirmaciones y autoconfirmaciones de supuestos positivos, en la ciudad se expandió en minutos una psicosis.

Se puso en la opinión colectiva el caso del fraccionamiento La Vista.

Ahí fue la zona cero de la guerra de pánico.

Su restaurante, sus áreas comunes, de acuerdo con la información de que se dispone, han sido cerradas.

El personal y las personas que interactuaron con los sospechosos de infección están bajo observación.

También el gimnasio Sport City.

El propio contagiado informó de su condición y que había adquirido el virus en un viaje a Vail, Colorado, en Estados Unidos.

Él y otros integrantes de otras familias asistieron a un torneo de snowboard, en ese centro vacacional famoso por sus montañas nevadas.

Sport City, en tanto, tomó la decisión de cerrar sus puertas desde este 17 de marzo.

Lo comunicó oficialmente.

Lo que ocurrió no es muy distinto a lo que se vivió la semana pasada en torno a la planta de Volkswagen, al confirmarse el primer caso.

O en algunos colegios, respecto de la sospecha de que alumnos pudieron haber estado en contacto con un sospechoso de ser portador.

Y así vendrán los siguientes días.

Es muy largo el camino todavía.

El número de contagios lamentable, pero también inexorablemente, crecerá.

De ahí la importancia de la responsabilidad social de cada quien.

Por encima y más allá de la indolencia y los yerros de la Presidencia de la República, que debería conducir con más atino esta emergencia.

Hay mucha información que se nos está yendo de las manos, aunque nos la comunican, por este estado de alarma.

Ése que es muy distinto al de alerta.

Ya la Secretaría de Salud ha informado que los menores de 15 años son prácticamente inmunes.

Los contagios se registran en personas que tienen entre 18 a 80 años de edad.

La tasa de mortalidad mundial se concentra en los mayores de 70 años.

Son las personas de la tercera edad las más vulnerables.

La información técnica a la que podamos tener acceso es muy importante.

Vital para tomar decisiones.

Para prevenir.

Y resultará un bálsamo contra la psicosis.

gar_pro@hotmail.com

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