LA SÚBITA PROSPERIDAD INMOBILIARIA DE GENOVEVA HUERTA

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De apenas alcanzar a “terminar las quincenas y comprar con apuros lo indispensable” -de acuerdo con sus cercanos-, con sus sueldos como abogada en la Sedesol, pianista en la SEP y burócrata de bajo y medio nivel en el gobierno estatal, entre 2006 y 2015, la hoy presidenta estatal del PAN, Genoveva Huerta Villegas, ha pasado a convertirse en una mujer rica, que utiliza vehículos onerosos para su transportación y a quien se le ubica como la propietaria real de inmuebles de lujo en Puebla y en Cancún, Quintana Roo.

Una envidiable fortuna amasada en apenas cinco años.

A la ex diputada federal a la LXIII Legislatura (2015-2018) la “buena estrella” económica e inmobiliaria le llegó con su servilismo al anterior régimen.

Antes y durante su paso por San Lázaro, se procuró el cobijo de la fallecida Martha Érika Alonso Hidalgo, quien la puso al frente del Comité Directivo Estatal (CDE) panista.

Ese fue el “peor y último error” de la primera gobernadora poblana, reniegan con lamento los mismos panistas hoy y desde entonces.

En el contexto familiar de Genoveva Huerta se han detectado al menos tres inmuebles que, aunque no están a su nombre, el sentido común indica que es ella a quien pertenecen.

La propietaria oficial es su madre, Patricia Villegas Tlaxcala, una humilde profesora jubilada que no podría tener lo que “posee”.

De otro modo, es indispensable una investigación sobre enriquecimiento inexplicable a su progenitora.

Los datos los dio a conocer, en su columna “Historias de un joven reportero”, el periodista Gerardo Ruiz, en abril de este año.

Ahora, Garganta Profunda ahonda y le presenta documentos y fotografías.

Se trata de tres inmuebles, cuyo valor aproximado acumulado está cerca de los 10 millones de pesos.

¿Cómo una persona como Genoveva, por más dieta de diputada que recibió durante tres años, puede darse el lujo de tres mansiones de estos niveles?

Porque además la panista nunca ha tenido públicamente actividades empresariales que, en caso extremo, puedan justificar su riqueza.

Menos, por supuesto, una humilde jubilada, como es su madre, Patricia.

Genoveva Huerta recibió mensualmente un aproximado de 130 mil pesos de dieta como legisladora durante tres años.

Si hubiera ahorrado todo, sin siquiera comprar un refresco, habría acumulado alrededor de 4 millones 680 mil pesos.

Los montos no cuadran con su riqueza y su súbita prosperidad inmobiliaria.

LOS INMUEBLES

De acuerdo con información del Registro Público de la Propiedad, hay tres casas relacionadas con la presidenta del Partido Acción Nacional (PAN) en Puebla.

La primera, a nombre de su madre, está en Clúster Baja California Sur, Boulevard de La Paz 47, en Lomas de Angelópolis III, en el municipio de Santa Clara Ocoyucan, Puebla.

Así consta en el Instituto Catastral y Registral del Estado de Puebla.

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De acuerdo con el precio comercial de la zona, las casas alcanzan un valor de entre 3.5 a 4 millones de pesos.

Una casa más, relacionada con la panista, está en Lago Sur Manzana 14, Lote 2, en Haras Ciudad Ecológica.

La propiedad todavía no está registrada a nombre de nadie cercano a ella, pero la información a mano muestra que adquirió el terreno y levantó la construcción en el último año.

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Los inmuebles de esas características en esa zona también rondan los 4 millones de pesos en su precio comercial.

Un tercer inmueble está a nombre de Patricia Villegas Tlaxcala, su madre, en Cancún, Quintana Roo.

Se trata de una casa ubicada en la Súpermanzana 333, Manzana 44, Lote 7, Privada Chechen, Número 38, en el Fraccionamiento Jardines del Sur 3.

Así lo establece la Dirección General de Registro Público de la Propiedad y del Comercio del Estado de Quintana Roo.

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El valor comercial estimado es de más de un millón y medio de pesos.

PROSPERIDAD EN CORTO TIEMPO

Huerta, quien ha sido relacionada con el equipo del hoy preso Eukid N., que recibió y movió dinero en efectivo para fines electorales, no tiene, aparentemente, forma de comprobar en su contexto familiar, este patrimonio.

Menos todavía que lo haya acumulado en tan corto tiempo, entre 2015 y este 2020, luego de haber sido diputada federal por tres años.

En los registros curriculares de la memoria de la LXIII Legislatura, en la que fue la representante del Distrito 9 Federal, con cabecera en la ciudad de Puebla, no hay referencias de empleos en los que pudiera suponerse que sus emolumentos eran suficientes, para alcanzar esta prosperidad inmobiliaria.

Hay una clara disparidad entre lo que ha ganado en los últimos años y las propiedades que se le han hallado.

La panista ha sido abogada en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), entre 2006 y 2008; pianista en la Secretaría de Educación Pública (SEP), entre 2006 y 2010; directora de Operación Regional en el Instituto Poblano de las Mujeres en 2011; encargada del despacho de la Dirección General Instituto Poblano de las Mujeres, de 2011 a 2012.

También directora de Auditoria Financiera y Apoyo a Órganos Fiscalizadores en la Secretaría de la Contraloría de Puebla, entre 2012 y 2013; investigadora “A” del Centro de Estudios de Género en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, entre 2013 y 2014; y coordinadora de Promoción y Participación Ciudadana de Puebla, de 2014 a 2015.

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Luego, le llegó la diputación por el PAN.

Resulta inexplicable, a la luz de estos datos, la prosperidad de la dirigente política, quien recién el pasado 14 de mayo cayó en un retén del programa temporal “Hoy No Circula”, porque ese día la restricción aplicaba para su camioneta Mazda, modelo CX-9, con valor de medio millón de pesos.

La mujer de 39 años de edad, quien reclama la pureza a sus adversarios políticos, bien debiera comenzar por la transparencia propia.

Tal vez no le conviene.

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Esta columna volverá a publicarse el lunes 17 de agosto.

gar_pro@hotmail.com

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