TLAXCALA, BATALLA CON AROMA DE MUJER

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El estado de Tlaxcala se ha convertido en el epicentro de una batalla política femenina, en la que es previsible que todas las contendientes por la gubernatura serán mujeres, pero que además se da justo en paralelo al gran debate jurídico y legislativo sobre la paridad de género también para estos cargos.

Y lo es, ahora mismo, que se están definiendo los candidatos y candidatas a 15 gubernaturas, y que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ordenó este lunes que los partidos políticos entreguen a 7 mujeres las candidaturas a gubernaturas en el país, para cumplir con la paridad.

Si bien el Tribunal reconoce que ésta es una tarea pendiente del Congreso de la Unión y de los legislativos locales, la determinación fue tajante.

En tanto, en la entidad tlaxcalteca ya dos de los principales invitados a la contienda en las urnas presentaron a mujeres precandidatas.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI), que actualmente gobierna la entidad, lleva ya como precandidata -un mero tecnicismo por los tiempos- de unidad a la alcaldesa de la capital del estado, Anabell Ávalos Zempoalteca.

En tanto, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) dio como ganadora de la encuesta a Lorena Cuéllar Cisneros, en un proceso que tendría que ser un día de campo.

Sin embargo, lo ha complicado con su protagonismo rijoso la empresaria Dulce Silva Hernández, esposa de César Yáñez Centeno, actualmente coordinador General de Política y Gobierno de la administración lopezobradorista.

Ella, que sin más trayectoria y mérito que su unión matrimonial y la acusación de haber sido “presa política” del morenovallismo en Puebla, ha querido saltar a la vida política y de la nada a buscar una gubernatura.

Silva ha acusado que la ex senadora y ex súperdelegada Cuéllar obtuvo la precandidatura -que también sin problemas luego será candidatura- por una “negociación cupular”.

Mientras esto ocurre, como efecto dominó, los demás partidos se preparan a mandar también mujeres a la contienda de Tlaxcala.

En este estado, en este proceso 2020-2021 a la gubernatura, en el que se prevé más mujeres participando, sería muy complicado para un hombre enfrentar, en el discurso y los hechos, a adversarias femeninas.

Sería campo minado, al grado de tener que cuidar cada palabra, para no caer en la violencia política de género, que hoy es tan sancionada.

En el Partido Acción Nacional (PAN), que irá en alianza con el PRD y podría sumar al PRI, se analiza también la posibilidad de una candidata.

Si va de la mano con el Revolucionario Institucional, muy probablemente se respete a su precandidata, Anabell Ávalos Zempoalteca.

Pero si compite en solitario o solamente con el perredismo, las cosas se alinean para que, entonces, la senadora Minerva Hernández Ramos sea la abanderada albiazul.

Ella, ya con mucha experiencia, ya dos veces ha ocupado un escaño y un par más una curul federal, es por mucho la más competitiva en Acción Nacional.

En medio del debate y empuje del concepto jurídico de la paridad de género, aunque las gubernaturas son cargos unipersonales, Tlaxcala se presenta como la arena natural de las luchas femeninas.

Tampoco sería nada raro.

La segunda mujer en la historia de México que ocupó una gubernatura fue la tlaxcalteca Beatriz Paredes Rangel, entre 1987 y 1992.

Antes, solamente se había dado el caso de Griselda Álvarez Ponce de León, de 1979 a 1985, en Colima.

Por cierto, qué coincidencia, la hoy precandidata priísta Anabell Ávalos comenzó su carrera política, en 1987, de la mano de Paredes, cuando llegó la gubernatura.

Por algo dicen por ahí, que Doña Beatriz nunca se ha ido del todo de las decisiones políticas de su estado.

Y… podría ser.

gar_pro@hotmail.com

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