MORENA Y SU NATURALEZA CANÍBAL

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Si alguien pareciera estarle haciendo el trabajo fino de operación (involuntaria) a la alianza PRI-PAN-PRD, para que alcance el triunfo en las urnas el próximo 6 de junio, es el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) que, en sus batallas fratricidas, que van de la hilaridad a la gravedad, tiene sus propios y más pesados lastres.


Una vez más, Morena en Puebla tiene dos dirigencias.

¡Oootra vez!

En realidad, se trata de un conflicto irresoluto, que se arrastra desde 2018, entre grupos que, como tribus caníbales, herencia de su pasado perredista, no alcanzan a superar en el partido lopezobradorista.

Los afines al senador Alejandro Armenta Mier y un sector de quienes simpatizan con la alcaldesa Claudia Rivera, se empeñan en que Édgar Garmendia de los Santos permanezca al frente del Comité Ejecutivo Estatal (CEE).

Eso, a pesar de que su posición, reconocida por los órganos internos y electorales, tiene la fragilidad del provisional encargo de “secretario general en funciones de presidente”.

Este fin de semana, en una maniobra que también tiene elementos criticables, el Consejo Estatal regresó a Mario Bracamonte González como “delegado en funciones de presidente”.

De esa posición y por las mismas grillas, ya él había sido defenestrado.

La guerra intestina en realidad no aporta nada nuevo, luego de estos cambios y el revire que en una conferencia de prensa dio el equipo de Garmendia.

Son los mismos argumentos de legalidad e ilegalidad.

Los mismos personajes enfrentándose y litigando, primero en medios, para luego ir a los tribunales electorales, el local y el federal.

Lo preocupantemente novedoso es que estamos ya en pleno desarrollo de los procesos local y federal.

Que en unos meses más, en mayo, habrán formalmente comenzado las campañas.

Que Morena, como los otros partidos, debiera ahora mismo estar construyendo sus alianzas formales y de facto, para enfrentar a un adversario cada vez más y mejor aglutinado en el Tumor (Todos Unidos contra Morena).

Pero no, como si fuera un déjà vu, los morenistas poblanos nada han avanzado.

Hoy están nuevamente en el mismo lugar de antes de 2018, en cuanto a su dirigencia local, en espera de que ponga orden el Comité Ejecutivo Nacional (CEN).

Sin embargo, el presidente del CEN, Mario Delgado, ni los ve ni los oye.

Él está preocupado en planchar los procesos de los 15 estados en donde se disputarán gubernaturas.

Encima, es la primera vez en la historia de Puebla en que un gobernador no controla o no lo dejan controlar al partido en el poder.

Impensable.

Y muy impráctico.

Dirán que esas son “prácticas del anquilosado priísmo”.

Pero lo dirán los mismos que se comportan con actitudes del más rancio perredismo y priísmo, también.

Mientras tanto, del otro lado, nos cuentan que, en las mesas de negociación, con sus diferencias y jaloneos naturales, en el Tumor hay ya hasta camaradería y fraternidad.

Los negociadores y los dirigentes estatales del PRI, PAN y PRD avanzan con acuerdos sólidos.

Hasta agradecen esta guerra fratricida de Morena.

Suelen citar, con el cantadito regional, ese tan recurrente dicho:

“Tú habla poblano…”

gar_pro@hotmail.com

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