6 DE JUNIO, LA MOVILIZACIÓN Y SU MUY PROBABLE EFECTO DEFINITIVO

INE.  DEMOSTRACIÃ ??  N MEDIDAS SANITARIAS

Por o a pesar de la pandemia de COVID-19, los resultados en las urnas del próximo 6 de junio bien podrían resolverse con base en la movilización que cada partido o coalición pueda generarse. En un escenario en el que la participación promedio, para los comicios de medio sexenio, no ha superado 44 por ciento, la capacidad de acarrear -sin eufemismos- votantes se vislumbra como elemental.

Para Puebla será además la primera experiencia de un proceso local concurrente con el federal, y los dos intermedios.

En el estado, los números de las votaciones recientes no son halagüeños.

En 2016, cuando se definió la llamada minugubernatura, apenas participó 44.6 por ciento de los inscritos en la Lista Nominal.

En 2018, las cifras dieron un salto extraordinario, por tratarse de la primera ocasión para los poblanos, con un proceso presidencial y a la gubernatura juntos: se presentó a las urnas un histórico 67.64 por ciento de los votantes.

Luego vino el controvertido proceso extraordinario de 2019, tras las acusaciones de fraude, un desgastante conflicto postelectoral y la tragedia que todos conocemos.

En ese proceso, el abstencionismo fue el más alto de la historia: apenas se presentó a votar 33.41 por ciento de las poblanas y los poblanos en posibilidad de hacerlo.

El actual proceso, la Lista Nominal del estado está integrada por 4 millones 739 mil 921 electores, sin embargo, se ve atravesado por la pandemia.

También por el desánimo tradicional de las elecciones intermedias.

Y por el clima de ataques que, en algunos casos, desgastan previamente a los electores.

De ahí que pareciera muy optimista la previsión que recientemente hizo el vocal ejecutivo del Instituto Nacional Electoral (INE) en Puebla, Marcos Rodríguez del Castillo.

Él prevé que se dé una participación de 50 por ciento de esa Lista Nominal del estado.

Es decir, que al menos se presenten a las urnas 2.35 millones de poblanas y poblanos.

Pero se antoja muy difícil lograr esa meta.

Es ahí en donde viene la reflexión.

No hay una sola elección que puedan ganar las estructuras partidistas, cuando sale a votar masivamente el ciudadano que no es militante y que no es movilizado (acarreado) a las urnas.

Y ahí están las pruebas: en Puebla, por ejemplo, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el que tradicionalmente moviliza con más éxito, mantuvo en 2018 sus votaciones históricas y hasta las superó en algunos distritos federales, de alrededor de entre 30 a 40 mil votos.

Sin embargo, fueron rotundamente insuficientes, ante el Tsunami Lopezobradorista que hizo ganar a los hoy diputados federales de Morena y sus aliados, con promedios de 85 mil sufragios y hasta casi cien mil.

Si hay un alto abstencionismo en este 2021, las cosas serán al revés.

Tendrá más posibilidades de triunfo quien más movilice, ante una mayoría de los ciudadanos que decida no participar.

Aquí la diferencia es que ahora hay posibilidad de movilización de todos los bandos.

Está en esa posibilidad el PRI, ahora aliado con el PAN .

Pero también Morena tiene ahora en esa capacidad .

De ahí que sea tan importante tener la maquinaria bien aceitada.

Lo veremos la noche del primer domingo de junio.

gar_pro@hotmail.com

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