MARIO DELGADO Y LOS HORROROSOS EJEMPLOS DE SU ORGULLOSO NEPOTISMO

img-20210613-wa0006

Desde que hace más de 40 años, por allá de 1980, el entonces Presidente de la República, emanado del PRI, José López Portillo, nombró a su hijo, José Ramón López-Portillo Romano, subsecretario de Estado, a quien llamó “el orgullo de mi nepotismo”, en este país no se había dado un influyentismo e imposición tan descarada de familiares, como en la que incurrió el presidente del CEN de Morena, Mario Delgado Carrillo, en el pasado proceso electoral.

Tal vez desde entonces, ni los políticos priístas más dinosáuricos (valga la expresión) se atrevieron al grado de nepotismo con que se sirvió el colimense morenista.

Incluso, antes quienes han impulsado a hijos, hijas, esposas a candidaturas, han tenido la “decencia” de dejar pasar al menos un periodo de sus encargos partidistas o de representación, para imponerlos.

Mario no.

Delgado lo hizo desde su mismísima posición de presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Los dos horrorosos ejemplos de su nepotismo son:

Su primito (es mucho menor que él), Miguel Carrillo Cubillas, quien fue el candidato y hoy diputado federal electo de Morena, PT y PVEM por el Distrito 13 de Puebla, con cabecera en Atlixco.

También su propio hermano: Felipe Miguel Delgado Carillo, ahora diputado federal plurinominal suplente, quien llegó en la tercera posición de la Quinta Circunscripción, por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

En este caso, al menos la “disimuló”, pues lo metió como suplente y por otro partido, con el que de por sí Morena tiene alianza.

Corren las apuestas de cuántos meses durará en el encargo el diputado plurinominal propietario, Diego Guerrero Rubio, antes de solicitar licencia para jugar, aseguran, el papel de Juanito.

¿Cómo se atrevió Mario Delgado a tanto?

Algo que ni en el viejo régimen concebía.

Por supuesto, para ello, Mario presuntamente violó los estatutos de Morena.

Sus principios.

La esencia y el espíritu del llamado “cambio verdadero”.

Corrompió al lopezobradorismo entero.

Desde el pasado 12 de junio se presentó una denuncia al respecto.

img-20210613-wa0007

Está en la congeladora de la Comisión Nacional de Honestidad (CNHJ) y Justicia (CNHJ).

El planteamiento es simple: Delgado, como presidente del CEN, formó parte de la Comisión Nacional de Elecciones.

Los integrantes de ésta tienen prohibido impulsar las candidaturas de sus familiares.

Pero él lo hizo.

Descaradamente.

Al puro estilo lopezportillista, que se supone detesta el lopezobradorismo.

Por esto, debería haber un proceso.

Si es que la CNHJ, que preside Eloísa Vivanco, mamá de ya saben quién, no le da carpetazo o simula.

Mario Delgado Carrillo, ahora, además de la exigencia de renuncia, que han hecho militantes por todo el país, por los malos resultados que entregó el 6 de junio, está en riesgo de perder sus derechos partidistas.

La sanción por su horroroso nepotismo puede ser ésa.

También podrían simular con una amonestación o una multa.

Sin embargo, los casos de Miguel Carrillo Cubillas y Felipe Miguel Delgado Carillo son escandalosos.

img-20210613-wa0008

La denuncia que fue presentada por la morenista Sabina Martínez Osorio debiera tener el castigo máximo.

Pero ya sabemos que en Morena lo que debiera ser, se simula.

Y lo que es, se esconde.

O se omite.

gar_pro@hotmail.com

Leave a Reply

You must be logged in to post a comment.