LA PESADA INCERTIDUMBRE POR EL REGRESO A LAS AULAS

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Aunque de manera clara hay un importante sector de padres de familia que está en contra de enviar a sus hijos a las aulas el próximo 30 de agosto, como ha planteado -con presiones y hasta con chantajes- el Gobierno de México, es evidente que también se ha abierto una reflexión plagada de dudas, ante esta disyuntiva, en muchos hogares de Puebla. Así lo refleja el más reciente estudio de la empresa Indicadores S.C.

La encuesta “Actitud hacia el regreso a clase presenciales”, de la empresa de Elías Aguilar, reporta que 46 por ciento de los consultados, “padres/madres de familia residentes en la ciudad de Puebla”, está de acuerdo con que sus hijos regresen a las aulas.

En contra está 40 por ciento, según el estudio que se levantó vía telefónica del 14 al 16 de agosto.

En tanto, 14 por ciento se mostró indiferente.

Hay con claridad una pesada duda y una reflexión intensa en los hogares poblanos.

Pero estas cifras absolutas de “a favor” o “en contra” entrañan una profunda incertidumbre y motivaciones diversas, que seguramente son evaluadas en cada hogar.

Eso también se refleja en el estudio de Indicadores.

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Entre quienes están a favor, 46 por ciento considera que su hijo “no aprenden en casa”, como la razón principal.

Y entre quienes rechazan el regreso, 39 por ciento ve, como principal argumento, que no hay condiciones sanitarias adecuadas en la escuela.

Entre los entrevistados, 39 por ciento anunció que optará por clases mixtas, presenciales y algunos días a distancia.

El llamado modelo híbrido.

De ese universo, 34 por ciento está a favor de clases presenciales.

En tanto, 27 por ciento ve mejor las virtuales.

En tanto, como dato adicional, la encuesta arrojó que 54 por ciento no aceptaría revisar diariamente a su hijo, como el único compromiso que no firmaría.

Ya que hablamos de esa carta compromiso que endilga toda la responsabilidad a los hogares y a los padres y tutores, hoy Andrés Manuel López Obrador dio la nota.

Literalmente, se lavó las manos en este tema tan delicado, en su mañanera de este martes.

Ahora resulta que no es obligatoria y hasta la descalificó el presidente.

Terminó por responsabilizar a alguien de “abajo” de haber tomado la decisión de pedir esa carta de los padres.

La epístola perversa en que los tutores prácticamente asumen cualquier responsabilidad, en absoluto y en solitario, sobre la salud de los estudiantes.

“Y acerca de la carta, pues también no es obligatoria. Si van los niños a la escuela y no llevan la carta, no le hace.

“Es que nosotros aquí tenemos todavía que enfrentar esta concepción burocrática, autoritaria, que se heredó del periodo neoliberal, entonces, ustedes creen que yo tuve que ver con la carta, pues no, fue una decisión abajo”, dijo en Palacio Nacional.

Todo es producto de una bipolaridad informativa que causa confusión.

Pero así de errática ha sido la narrativa del gobierno federal.

Por un lado, como todos (y todos es ¡todos!) hemos visto, reiteradamente, López Obrador presiona a los estados y a los gobernadores para el regreso a las aulas.

Y por el otro, se hace el desentendido.

A pesar de todos los llamados, de todos los argumentos, prevalece la percepción de que es un grave error.

Hay dudas que caen como titánicas lozas.

¿Ya el Estado Mexicano tiene listo el sistema hospitalario para atender a niños que posiblemente se contagien?

Por otra parte: ciertamente muchos países han vuelto a clases, pero ¡ninguno lo ha hecho en una cresta de contagios, como la que hoy vive México!

Ninguno.

Nin-gu-no.

Hay hoy un debate en los hogares, sobre enviar o no a los niños.

Finalmente, se ha dejado en manos de cada quien esa decisión.

Eso podría decirse que es hasta “democrático”.

Sin embargo, son las autoridades quienes tienen la información.

Las proyecciones sobre la pandemia.

O deberían tenerlas.

Son ellas quienes saben cuándo, al ritmo que llevamos, se habrá alcanzado un alto nivel de vacunación en los mayores de 18 años, un factor que, finalmente, es definitivo en todo el camino hacia la reapertura completa de actividades.

Hay dudas.

Abundan las incertidumbres.

Lo que no tenemos son certezas que deben venir de las autoridades.

Y así se debe tomar esta decisión vital.

Con los ojos bien cerrados.

gar_pro@hotmail.com

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