Armenta, la nana del PRI

Arturo Luna Silva

Las reglas de la contienda interna no se respetan, hemos gastado el tiempo en reuniones de buenos deseos para ponernos de acuerdo solamente ante los medios, pero la realidad diaria nos remite a un proceso inequitativo, injusto, inducido, en el que se manipulan con fines electorales los recursos de los poblanos y, con ello, se agravia no solamente a los priístas, sino a todos los ciudadanos”.

Tales palabras fueron la columna vertebral –el espíritu, vamos- del artículo de prensa de esta semana de Enrique Doger en “El Sol de Puebla”.

Palabras mágicas que pusieron nuevamente a correr a Alejandro Armenta, habilitado en los hechos más como una nana que como el dirigente estatal del PRI.

Más tardó Alejandro en leer la colaboración del ex alcalde que en buscarlo para sentarse con él.

La mañana de ayer ambos, por enésima vez, se vieron en un hotel de la ciudad.

¿El fin?

Ver qué se le ofrecía ahora:

¿Cambio de pañal?

¿Su biberón?

¿Su Gerber de uva pasa?

¿Un cariñito en los cachetes?…

Ya lo sabe usted señor aspirante a Casa Puebla.

La fórmula es sencilla pero eficaz.

Escriba (o pida que le escriban) un artículo en el que incluya frases severas como “la realidad va más allá del discurso o las presuntas buenas intenciones” o “en la práctica, el proceso interno adolece de certeza, porque no existe igualdad de circunstancias”.

Añádale palabras como “ilegal”, “ilegítimo”, “opaco” e “injusto”.

Sazónelo con conceptos como “dados cargados”, “mano negra” o “mascarada”.

Mándelo a publicar en algún medio de comunicación de importancia.

Y listo.

La nana del PRI se comunicará de inmediato para preguntarle:

¿Y ahora qué se le ofrece al bebé?

No falla.

Gu-gu-tata.

gar_pro@hotmail.com

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